Olé que precios

Aquellos cadistas que quieran presenciar 'in situ' el partido de este sábado entre el Real Betis Balompié y el Cádiz CF tendrán que desembolsar la nada despreciable cantidad de treinta euros. Bueno, esa cantidad para los que andan más cortitos, porque los más pudientes, podrán optar por la localidad que cuesta el doble; es decir, sesenta euros de vellón.

Era lo último para que los indecisos dejaran de serlo y tuvieran claro que lo mejor para dicha tarde será quedarse en casa. Lo último, tras el hecho de ser televisado el partido por el canal autonómico andaluz y la posibilidad de que existan incidentes en el mismo.

En mayor o menor medida, pero los dos últimos enfrentamientos (aquí en el estadio Ramón de Carranza en la primera vuelta y en el Ruiz de Lopera con el filial bético la temporada pasada) no hacen pensar lo contrario. Sin olvidarnos de que el juego que está ofreciendo el Cádiz no invita mucho a desplazarse hasta la vecina localidad. Al menos, a lo que ver fútbol se refiere. Y es que casi que ya hasta a muchos cadistas no los invita ya ni acudir a Carranza, a tenor de los huecos que se ven en el estadio. Ya se sabe, además, de que el buen tiempo comienza a ser un enemigo del equipo amarillo cada vez que juegue en casa.

Pero volviendo al tema de los precios para ese partido. La pasada campaña en la división de bronce, al tener el Cádiz una afición muy viajera, los equipos que componían el grupo IV esperaban como agua de mayo la llegada del equipo amarillo y no dudaban en subir los precios en ese partido. Era comprensible hasta cierto punto, ya que los ingresos por taquilla de ese día era un porcentaje importante de su presupuesto final. Incluso servía para pagar a sus jugadores mensualidades atrasadas. Pero en el caso del Betis, no alcanzo a entender los motivos, primero porque no creo que los ingresos por venta de entrada de ese encuentro signifiquen mucho al presupuesto verdiblanco; y segundo y más importante, que vengan esos precios de un equipo que dice querer tanto al Cádiz. Mucho te quiero perrito pero pan poquito. Por eso te digo 'Don Manué' ¡Ole que precios!

Y punto.