CARTAS A LA DIRECTORA

Libertad, pero para todos

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Afortunadamente, en nuestro país las libertades están garantizadas y por lo tanto se benefician de ella todos cuantos deciden vivir entre nosotros, de lo cual debemos sentirnos orgullosos por nuesta tolerancia y congratularnos por nuestro sistema de vida tan liberal. Pero lo que me choca es el hecho de que cuando se plantea algun problema social o religioso, como la construcción de una mezquita o el burka y el pañuelo, estos inmigrantes protestan airadamente y se manifiestan, cuando en sus países de origen son súbditos (que no ciudadanos) que no se atreven a protestar por nada a pesar de las carencias de todo tipo que sufren (que por eso vienen). Además, en sus países, los cristianos soportan el tener que bautizarse a escondidas, el hostigamiento policial, las expulsiones porque el regimen «no esta dispuesto a que nadie sacuda la fe de los musulmanes», los espionajes, las redadas y el ninguneo y la ridiculización por parte de las autoridades. A tenor de todo esto ¿por qué esas manifiestaciones tan violentas en algunos casos, cuando aquí se le pone alguna traba a algún aspecto de su religión que choca frontalmente con nuestras leyes? Puede ser que en nuestro mundo civilizado sea más fácil alzar la cabeza y levantar la voz.