Los talibanes no dan tregua a EE UU
Más de cuarenta personas pierden la vida en dos atentados en PakistánUn kamikaze provoca una matanza en un mitin político y un comando intenta asaltar el Consulado en Peshawar
Actualizado:El frente Af-Pak no da tregua a la Casa Blanca. La guerra abierta en suelo afgano, donde siguen llegando los 30.000 hombres de refuerzo prometidos por Barack Obama, se transforma en una guerra a base de aviones no tripulados y servicios de inteligencia en el lado paquistaní de la frontera en el que ayer más de cuarenta personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas tras dos acciones terroristas en la problemática Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP, por sus siglas en inglés). La más sangrienta tuvo lugar en Timergara, distrito del Bajo Dir, cuando un kamikaze asesinó a cuarenta seguidores del Partido Nacional Awami (ANP) que asistían a un mitin de la formación. Pero la más simbólica tuvo como objetivo el consulado de Estados Unidos en Peshawar, capital de la NWFP y principal ciudad pastún del país.
A las pocas horas de saltar a los medios la noticia de la masacre en la fiesta del partido más importante de la región y actual socio de gobierno del Partido Popular de Pakistán (PPP) del presidente Asif Zardari, comenzaron a llegar las primeras noticias sobre explosiones en cadenas en Peshawar y las imágenes de un gran hongo de humo que se elevaba al cielo desde la zona en la que se encuentra la legación americana. La Embajada en Islamabad confirmó un ataque que fue rápidamente condenado desde Washington, que mostró su «gran preocupación por lo ocurrido».
«Son nuestros enemigos y por eso atacamos el Consulado. Planeamos más ataques de este tipo», declaró a los medios el portavoz del movimiento talibán, Azam Tariq, que reivindicó el asalto del comando islamista que no pudo entrar en la legación, pero que mató al menos a tres personas. Tres explosiones en edificios adyacentes trataron de desviar la atención para que un comando formado por cuatro insurgentes uniformados como guardias de seguridad y armados con granadas y lanzacohetes intentara asaltar el edificio. La fuerte seguridad en la zona lo evitó. Era el segundo ataque contra la misión americana en Peshawar desde el verano de 2008 cuando su máximo representante diplomático sobrevivió a un ataque contra el vehículo blin dado en el que viajaba.
Desde que el pasado abril se lanzara la primera gran operación militar contra Tehrik e Taliban Pakistán (TTP) en el valle de Swat -a la que siguió la ofensiva contra Waziristán del Sur- la respuesta del grupo insurgente se ha producido en forma de un incremento de ataques suicidas en centros urbanos. Las acciones más sangrientas de los últimos meses se han producido en el propio cinturón tribal donde las células de TTP tienen más facilidad para actuar.
El segundo frente
Es lo que expertos como Luis de la Corte, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, califican de «segundo frente» y que dejó «aproximadamente 500 civiles muertos por los atentados ocurridos entre octubre y diciembre de 2009». En un estudio reciente del Real Instituto Elcano, el profesor De la Corte alertó de «la importancia de la creciente convergencia ideológica entre los extremistas paquistaníes y Al-Qaida», lo que indica que pese a los esfuerzos militares nacionales e internacionales «la amenaza vinculada a la radicalización no ha desaparecido y aún está pendiente de recibir una solución definitiva o duradera».
Pakistán colabora estrechamente con Estados Unidos en la llamada «lucha contra el terror» en la que ha pasado a convertirse en la principal víctima, pero sin olvidar a su eterno enemigo. A partir del sábado y hasta el 13 de mayo el Ejército paquistaní tiene previsto realizar su mayor ejercicio militar de los últimos veinte años para prepararse ante una hipotética guerra convencional con su potencia nuclear rival, India.