Raúl Castro se afianza en el inmovilismo
Afirma que no cederá ante los disidentes en huelga y acusa a Occidente de dirigir una campaña contra Cuba
LA HABANA.Actualizado:El primer pronunciamiento público de Raúl Castro tras la muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata y del ayuno que mantiene desde hace 42 días el también opositor Guillermo Fariñas fue claro, contundente y hasta numantino. No habrá excarcelaciones de disidentes enfermos, responsabiliza de estas actitudes «autodestructivas» a «sus patrocinadores», adelanta que no cederá «al chantaje» e insiste en que Estados Unidos y Europa organizan, financian y dirigen una descomunal campaña de descrédito contra Cuba. Además volvió a pedir paciencia ante los cambios que reclama la sociedad de la isla, incluso desde el propio Partido Comunista, e insistió en la necesidad de reforzar la economía para asumir el reto de mejorar el nivel de vida.
En un discurso que clausuró el IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas y fue retransmitido en diferido por la televisión en la noche del domingo -madrugada de ayer en España-, el presidente reiteró que el régimen resistirá a los ataques que sufre desde el exterior «enarbolando hipócritamente las banderas de los derechos humanos» y, sin mencionarlos por sus nombres, calificó a Zapata y Fariñas de presos comunes. Raúl Castro insistió en las «catorce causas por delitos (de Zapata), convertido por obra y gracia de la mentira repetida y el afán de recibir apoyo económico desde el exterior en un 'disidente político' que fue incitado a mantener una huelga de hambre con demandas absurdas».
Fuentes de la oposición reconocen «ese pasado». Pero también su activismo poco antes de ser detenido en la primavera de 2003, otro de los momentos de crisis entre la UE y la isla comunista. Zapata fue condenado en juicio separado, pero Amnistía Internacional lo incluyó en sus listas.
El general reiteró lo dicho ante periodistas brasileños y lo que adelantaron los medios locales, habitualmente reacios a tratar asuntos de la disidencia: que falleció pese a los esfuerzos de los médicos, al tiempo que denunció que los «beneficiarios» de su muerte son los mismos que «estimulan a otro individuo (Fariñas) a continuar en actitud similar de chantaje inaceptable». «Pese a tanta calumnia está libre, aunque cumplió sanción por delitos comunes al agredir a la directora de un hospital -a la que además amenazó de muerte- y a un anciano al que hubo que extirparle el bazo».
Ex militar
Fariñas, un ex militar y psicólogo de 48 años que tras luchar en Angola se pasó a la disidencia en los años 90, reconoció que se enfrentó con la mujer porque «robaba las donaciones» y con el anciano porque era un «agente de la seguridad». Cumplió por ello once años de prisión. Suma veintitrés huelgas de hambre. En esta última reclama la excarcelación de veintiséis presos de conciencia enfermos. Rechaza la oferta de viajar a España y asegura que se mantendrá firme en su decisión de llegar hasta el final.
El régimen de los hermos Castro no reconoce ningún preso político. El presidente aseguró en su discurso que el pueblo cubano ha aprendido que «la vacilación es sinónimo de derrota. No cederemos jamás al chantaje de ningún país o conjunto de naciones, por poderosas que sean, pase lo que pase». El gobernante de 76 años insistió en que «al igual que en el caso anterior, se hace lo posible por salvarle la vida, pero si no modifica su actitud autodestructiva, será responsable, junto a sus patrocinadores, de un desenlace que tampoco deseamos».
La muerte de Zapata tras 85 días de ayuno voluntario colocó al Gobierno comunista en el ojo del huracán. Luego llegaron la huelga de hambre y sed de Fariñas, la semana de protestas de las Damas de Blanco y otros actos de disidentes. Aunque la situación es delicada especialmente en la esfera de las relaciones internacionales, en la calle estos días se habla más del campeonato de béisbol -el deporte que más seguidores reúne en Cuba- que de los conflictos con la persegudida oposición. La preocupación de la población se centra más en los problemas cotidianos.