El escudo antimisiles lastra el nuevo pacto de desarme entre EE UU y Rusia
La desconfianza de Moscú ha llevado a incluir una cláusula de abandono unilateral del tratado, que se firmará el jueves en Praga
MOSCÚ.Actualizado:La posibilidad de que Estados Unidos despliegue un escudo antimisiles en Rumanía y Bulgaria, tras renunciar a hacerlo en Polonia y la República Checa, preocupa mucho en Moscú. Rusia ya ha exigido detalles sobre ese hipotético dispositivo que, según Washington, serviría para defender a Europa de un teórico ataque desde Irán con misiles de medio y largo alcance.
Por eso, el Kremlin ha logrado que en el nuevo tratado de desarme estratégico, que deberá ser firmado el próximo jueves en Praga por los presidentes ruso y estadounidense, Dmitri Medvédev y Barack Obama, se incluya una cláusula que permita a cualquiera de las dos partes abandonar el tratado si detecta que la otra desarrolla un sistema defensivo amenazante para su seguridad.
Tal fue la puntualización que hizo el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, el pasado 26 de marzo, cuando se anunció que el acuerdo estaba prácticamente listo para su firma. El viernes, el asesor presidencial, Serguéi Prijodko, avanzó que, el día 8 en la capital checa, «Rusia hará pública, de forma unilateral, una declaración advirtiendo de que saldrá del nuevo acuerdo si el escudo antimisiles norteamericano adquiere proporciones que pongan en peligro nuestros intereses nacionales».
Por el mismo motivo, Moscú ya abandonó, en julio de 2007, el tratado de limitación de Fuerzas Convencionales en Europa (FACE). Durante su primera visita a Rusia en calidad de jefe de Estado, en julio del año pasado, Obama dijo ante los estudiantes de la Nueva Escuela de Economía de Moscú que, si se pusiera fin a la amenaza que supone Irán en el plano nuclear y balístico, el sistema antimisiles «dejaría de tener sentido».
Una clara insinuación para que Moscú colabore más en la cuestión persa. En el Kremlin, sin embargo, siguen pensando que el polémico escudo está dirigido en realidad contra Rusia y ésa ha sido la causa de la demora en consensuar el acuerdo de desarme. El Start-1 venció el 4 de diciembre de 2009.
En cualquier caso, el nuevo tratado de desarme incluye un apartado que vincula, aunque no equipara, las armas estratégicas ofensivas y las defensivas, algo que, según la opinión del secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, «no restringe la defensa antimisiles».
Inspectores permanentes
Otro obstáculo en la negociación fue la cuestión de las inspecciones y ahí Rusia logró salirse con la suya. Prijodko ha señalado que, con la firma del nuevo documento, «no será ya necesaria la presencia permanente de inspectores norteamericanos -ausentes ya desde diciembre- en nuestra factoría de Votkinsk». Allí, a orillas de río Kama, se fabrican los misiles rusos intercontinentales de la última generación Tópol-M y los Bulav.
Según una encuesta publicada en marzo por el Instituto Levada de Moscú, el 73% de los rusos ve a Estados Unidos todavía como un «país agresor que aspira a controlar el mundo». Sólo un 9% considera que los estadounidenses promueven «la paz, la democracia y el orden». La propaganda antiamericana en Rusia ha sido especialmente profusa durante el mandato de Vladímir Putin.
El nuevo acuerdo limita el número de cabezas nucleares desplegadas a un total de 1.550, el de portadores desplegados (misiles en tierra, en submarinos y a bordo de bombarderos estratégicos) a setecientos y las unidades desde donde son disparados (lanzaderas, sumergibles y aviones) a ochocientas, tanto si están activas como si no.