Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

Sendas, un funicular y varias pasarelas para recuperar el Tajo

El Ministerio de Medio Ambiente busca rescatar el río más largo de la Península e integrarlo en la ciudad

J. V. MUÑOZ-LACUNA
TOLEDO.Actualizado:

Los primeros asentamientos humanos se decantaron por parajes situados al lado de manantiales o ríos. El agua como fuente de vida obligaba a ello. Sin embargo, las ciudades que crecieron después sobre estos poblados acabaron por olvidar su origen y por deteriorar unos ríos que en el pasado les habían dado de beber. El río Tajo y la ciudad de Toledo son un buen ejemplo. El Ministerio de Medio Ambiente se ha propuesto recuperar el río más largo de la Península Ibérica e integrarlo en esta ciudad que ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad por su valor paisajístico.

Una distinción en la que el Tajo y el paisaje que el río ha dibujado en la orografía de esta ciudad a lo largo de miles de años tienen mucho que ver. Del Tajo de aguas cristalinas que Garcilaso y Cervantes cantaron hoy nada queda. El Tajo agoniza aunque, paradójicamente, el río sigue siendo hábitat de barbos y carpas que sobreviven en medio de la contaminación sin que nadie se explique cómo. El último gran atentado ecológico sufrido por el río ocurrió en el verano de 2000: miles de litros de fuel-oil fueron vertidos desde la central térmica de Villaseca de la Sagra (Toledo). Diez años después va a acometerse un original proyecto para su recuperación total aunque para algunos se trata de un simple y millonario lavado de cara.

El Ministerio de Medio Ambiente convocó un concurso internacional de ideas para integrar el Tajo en Toledo que ha ganado el estudio Burgos & Garrido Arquitectos S.L., con experiencia en la recuperación medioambiental de la superficie de lo que fue la famosa M-30 de Madrid, convertida hoy en un interminable túnel. 'Take me to the river' es el musical título del proyecto ganador, que incluye la construcción de un funicular que conecte el río con la Judería, un ascensor que facilite el acceso a las riberas, una gran senda peatonal, tres pasarelas vinculadas a antiguas instalaciones hidráulicas, miradores, un salón fluvial al borde del río con áreas de descanso y restauración y la recuperación de las laderas.

Sólo el coste de la primera fase de este proyecto supondrá una inversión de 20 millones de euros aunque, como apunta uno de los socios de este estudio de arquitectura, Francisco Burgos, «todo depende de lo que al final se aborde». «Tenemos que ser capaces de inyectar nueva energía al río y, sobre todo, permitir que el Tajo pueda ser utilizado por cualquier persona, también de movilidad reducida, que quiera pasear, ir en bici o patinar», explica.

Un río vivo

El objetivo final es que el Tajo vuelva a formar parte de la vida de Toledo de tal forma que se repitan las imágenes de los años 60 en las que los toledanos bajaban al río en verano para bañarse, una actividad impensable hoy por la contaminación. Si el Tajo vuelve a ser un río vivo en Toledo, 'Take me to the river' será un modelo aplicable a otras ciudades que también quieren recuperar sus ríos.