El Predicador del Vaticano compara los críticos al Papa con los antisemitas y es desautorizado
El portavoz de la Santa Sede desacredita la analogía expuesta por el franciscano Cantalamessa el Viernes Santo en la basílica de San Pedro
ROMA. Actualizado: GuardarComparar las críticas al Papa por los casos de curas pederastas con el antisemitismo «no es la línea del Vaticano», afirmó el portavoz Federico Lombardi. Una declaración que matiza las palabras del Predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, durante la celebración de la Pasión del Señor el Viernes Santo. En ella, Cantalamessa estableció un paralelismo entre el «estereotipo» de la Iglesia y del Sumo Pontífice como instituciones que amparan o silencian la pederastia, en su opinión promovido por la prensa internacional, con la imagen del pueblo judío acuñada por el antisemitismo. El jesuita Lombardi, en una alocución que fue emitida ayer por Radio Vaticano, afirmó que «asemejar los ataques a Benedicto XVI por los escándalos de abusos sexuales de sacerdotes a niños con el antisemitismo no es la línea mantenida por la Santa Sede».
El portavoz del Vaticano agregó que el Predicador de la Casa Pontificia sólo quiso hacer pública la solidaridad al Papa expresada por un judío, habida cuenta «la experiencia de dolor sufrida por ellos». «Ha sido una cita que puede dar pie a malas interpretaciones», reconoció Lombardi.
El Viernes Santo, durante la homilía de la celebración de la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro del Vaticano, Cantalamessa dijo que había recibido una carta de un amigo judío en la que le hablaba de las críticas de la prensa internacional al Papa por los casos de curas pederastas, al que acusan de haber «escondido» algunos de ellos. «Sigo con disgusto el ataque violento contra la Iglesia, el Papa y todos los fieles. El uso del estereotipo, echar las culpas personales a la colectividad me recuerda los aspectos más vergonzosos del antisemitismo», le dijo a Cantalamessa el amigo judío, que no fue identificado por éste. En la misma homilía Cantalamessa condenó la violencia contra los niños, «de la que -dijo- se han manchado desgraciadamente no pocos miembros del clero». Las palabras del franciscano fueron inmediatamente criticadas por varios diarios de EE UU e Israel y por el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, quien, en declaraciones a 'The New York Times', expresó su «incredulidad» por lo escuchado. Di Segni afirmó: «Visto que el Viernes Santo es el día de la plegaria de los católicos para que Dios ilumine nuestros corazones y reconozcamos a Jesús, también nosotros rezamos al Señor para que ilumine los suyos».
El también rabino Marvin Hier, del centro Simon Wiesenthal, exigió que el Papa pida «perdón» por esa «analogía vergonzosa» y calificó de «injuriosas» las palabras de Cantalamessa. «¿Cómo puede comparar la muerte de millones de inocentes con los que abusan de niños?», planteó.
Esta reacción del mundo judío agudiza el deterioro de sus relaciones con Roma, que experimentaron un serio revés cuando el pasado año el Papa levantó la excomunión a cuatro obispos tradicionalistas lefebvrianos, uno de los cuales, niega el Holocausto.