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Más dinero para las pymes
El documento de Zurbano propone reforzar esas entidades, que generan 37 euros de inversión por cada uno aportado al sistema El Gobierno fomenta el crédito mediante Sociedades de Garantía Recíproca
MADRID. Actualizado: GuardarDesde que arrancó la crisis, las pymes no obtienen crédito, ni siquiera se les renuevan las líneas de préstamo que consiguieron tiempo atrás si no aportan nuevas pruebas de solvencia. Se les piden garantías hipotecarias y hasta personales de las que muchas no disponen. Miles de pequeñas empresas están desapareciendo por asfixia económica.
Según datos aportados por el secretario de Estado de Economía en el Congreso, no son sólo las constructoras e inmobiliarias las empresas expulsadas del mercado de financiación. Si se excluyen este tipo de compañías, el crédito ha caído un 8% entre las empresas con deuda inferior a 10 millones de euros, mientras creció el 11% en las que deben más de 50 millones. Está claro que son las pequeñas las que pasan grandes apuros. Con independencia del sentimiento de 'desconfianza' que la elevada morosidad provoca en las entidades de crédito, está el coste que acarrean los préstamos de menor tamaño. El banco o caja ahora no está dispuesto a dedicar tiempo a analizar una inversión de 40.000 euros. Por añadidura, las pequeñas y medianas empresas también tienen acreedores directos, desde proveedores a administraciones públicas, todos ellos exigentes en sus plazos de cobro.
Para ayudar a las pymes, una de las propuestas del Pacto de Zurbano ofrecido por el Gobierno a los partidos políticos sugiere potenciar las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) con mejora de su reafianzamiento. Se atribuye al sistema de garantía recíproca un efecto multiplicador de 37 veces. Por cada euro puesto en este procedimiento se generan 37 euros de inversión.
Garantías mutuas
Las SGR son entidades financieras sin ánimo de lucro, supervisadas por el Banco de España. Tienen unos socios protectores (cajas de ahorro, cámaras de comercio) que aportan el grueso de sus fondos. Existen 22 en España, 19 de ellas de ámbito regional y tres de carácter sectorial, y están agrupadas en CESGAR.
La actividad de las SGR consiste en captar pymes que pasan a ser socios partícipes, explica Marta Cea, directora general de CESGAR. A cambio de una aportación al capital -y del pago de las correspondientes comisiones de funcionamiento- realizan análisis de la viabilidad económica de los proyectos empresariales. No se preocupan tanto de la capacidad que tiene la pyme en ese momento para devolver el dinero como de que sus planes de negocio puedan salir adelante. Si llega a esa conclusión, la SGR avala el 100% del préstamo necesario ante las entidades de crédito. Una vez devuelto el dinero, la pyme tiene dos opciones: puede seguir como partícipe de la SGR para utilizar otros servicios o pedir el reintegro de la cuota aportada.
Cuando la pyme se dirige con el aval y el estudio de su proyecto a las entidades financieras para que le presten los fondos necesarios, suele conseguir mejores condiciones de plazo e interés, porque las SGR suscriben convenios con bancos y cajas. Con todo ello se allana el camino de la financiación para la pyme que no cuenta con garantías suficientes.
El banco o caja que otorga el crédito también obtiene ventajas, explica Marta Cea. Para empezar, consigue garantías líquidas. Si la pyme no paga, es la SGR quien se hace cargo de la factura. Y la entidad financiera cuenta con el beneficio adicional de que las operaciones así avaladas no le imponen provisiones de ningún tipo, ni por actividad (genérica) ni por riesgo de insolvencia (específica).
Además, en estos tiempos en que aumentan las exigencias de capital, este tipo de riesgo pondera un 20% al calcular el coeficiente de solvencia requerido por el Banco de España. Su consumo de capital se reduce al mínimo.
Capitalización
Para potenciar las SGR, la clave está en el sistema de reavales de las operaciones, a cargo de la Compañía Española de Reafianzamiento (CERSA). El reparto del riesgo permite aumentar el volumen de concesiones y mantener niveles de solvencia sin necesidad de aumentar de forma desproporcionada los recursos propios.
CERSA es una sociedad instrumental de la Administración General del Estado, adscrita al Ministerio de Industria y participada por el ICO en un 23,81%, que asume parte del riesgo de las SGR. Las coberturas van del 30% al 75% según el tipo de operación. El porcentaje es más alto en las constituciones de nuevas empresas y en las actividades de carácter innovador.
Añade Marta Cea que, a la vista del endurecimiento del mercado y del incremento de su negocio, CERSA necesita una recapitalización para que la actividad de las SGR siga creciendo como hasta ahora, un 10% en riesgo vivo y un 12% en avales. Con datos de cierre de 2009, ese año formalizaron 45.686 garantías. Los miembros del sistema de garantía recíproca también han pedido colaborar con el ICO y aportarle su experiencia en el análisis de las operaciones de crédito a las pymes que la agencia financiera del Gobierno se propone, en esta nueva etapa, llevar a cabo directamente.
Una de las medidas del pacto de Zurbano, consideradas urgentes y que se incluirán en un decreto ley, da poderes al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para que aumente el volumen de reafianzamiento de las Sociedades de Garantía Recíproca. La operatoria se llevará a cabo a través del sistema de contragarantías de CERSA, compartiendo el ICO el aval de estas operaciones.
Pero esta medida está por concretar. Y CERSA apoya su petición en un reciente trabajo de Analistas Financieros Internacionales que ha calculado sus necesidades de capitalización tomando en cuenta los beneficios que acarrearía un aumento. Recuerda que el efecto multiplicador del sistema de garantía recíproca es de 37,5 veces los recursos aportados.
Una vez cubierto su coeficiente de solvencia del 8%, la SGR puede prestar 12,5 veces los fondos de que dispone. Y lo mismo ocurre con CERSA. Sumados los dos efectos, resulta que un euro puesto en el sistema genera 37,5 de inversión.