Oncología esperpéntica
Actualizado:En un hospital español unos médicos han dado unas dosis de caballo de un fármaco -principio activo: aprepitant- a pacientes con cáncer terminal y luego, advertidos por alguien con sentido común, lo han retirado provocando las iras de los desafortunados pacientes. Hay algo aún peor que se esconde detrás de esta noticia: en un primer lugar las declaraciones de los responsables políticos fueron que ese fármaco no tenía eficacia terapéutica, lo cual dice mucho de la sinrazón de los oncólogos y la laxitud de la política. Posterioremente y debido al lío que se estaba formando, empezaron a decir que era un fármaco para tratar el cáncer cuando es mentira ya que sólo -subrayo- sólo es para tratar náuseas, triste pero cierto: jamás ha sido vendido para tratar tumores, pero los pobres pacientes, como se sentían bien, supongo que pensaban que funcionaba el tratamiento y, una vez retidas sus 28 pastillas diarias -la prescripción comercial era de unas tres al día- que costaban 800 euros diarios, pues volvían a sentirse mal y a protestar, lógicamente. Por tanto tenemos que los oncólogos siguen sin curar el cáncer, que dan dosis salvajes (no investigadas jamás en humanos) de un fármaco que enmascara los síntomas, políticos que aceptan gastar 800 euros en un fármaco que no sirve para nada y una población que cada vez se ve más afectada con cáncer.