Serbia pide perdón
El Parlamento de Belgrado aprueba una resolución que condena la matanza de 8.000 musulmanes en Srebrenica
Actualizado:La historia está jalonada de ejercicios de cinismo que el paso del tiempo deja al descubierto. Los últimos acaecidos en Europa se han circunscrito a los Balcanes, donde más de 100.000 personas perdieron la vida en la guerra fratricida de la década de los noventa. Una contienda bélica ignorada por el resto de mundo, que durante su desarrollo miró hacia otro lado y sólo acudió a la hora de enterrar los cadáveres.
El desmembramiento de la vieja Yugoslavia de Tito reunió en escasamente tres años las mayores masacres vividas en el Viejo Continente desde la Segunda Guerra Mundial, con el genocidio de Srebrenica como punta de un iceberg que en su base acogió todo tipo de atrocidades, no siempre sólo serbias.
Pero son los serbios -sin duda principales artífices- quienes en los libros de texto quedarán como únicos culpables. Una carga que comenzaron a quitarse ayer, cuando el Parlamento de Belgrado respaldó una resolución convertida en disculpa formal por el asesinato de alrededor de 8.000 musulmanes bosnios en Srebrenica durante el caluroso julio de 1995. Fueron necesarias trece horas de agitadas negociaciones para aprobar por escasa mayoría -127 votos favorables en una cámara de 250 parlamentarios- un medido texto que evita hablar de genocidio y que se limita a «dar un paso civilizado de un pueblo políticamente responsable» para presentar «condolencias y disculpas a las familias de las víctimas porque no se hizo lo posible para evitar la tragedia». El documento olvida, no obstante, que la matanza fue planeada por el general Ratko Mladic, aún prófugo con, según creen muchos, la connivencia de Belgrado.
Camino hacia la UE
El acuerdo es fruto del trabajo y la insistencia de la coalición gobernante prooccidental de demócratas y socialistas, que finalmente ha logrado pasar página y superar un capítulo trágico pese a la reticencia de los nacionalistas, que denuncian una «injusta demonización de los serbios» y que asimismo reclaman que también fueran condenados los delitos cometidos por bosnios y croatas durante la cruel guerra.
¿Por qué esta resolución germina ahora? Claramente porque se trata de otro ejercicio de cinismo. Belgrado solicitó en diciembre su ingreso en la Unión Europea, pero desde Bruselas se dejó claro que un requisito indispensable para empezar las negociaciones es la captura de Mladic -con Radovan Karadzic ya sentado ante el Tribunal de La Haya-, algo tabú porque todavía es un héroe para muchos serbios. Por ello la condena de la masacre de Srebrenica se emplea como sustitutivo, algo que consideran ayudará en su lento caminar hacia la comunidad iniciado en 2000 y que puede llevarle a ser candidato a la adhesión este año o el próximo.
Distanciamiento es interesado. Del mismo calibre que el protagonizado por Occidente cuando se negó a frenar la contienda al afirmar que era intestina de los yugoslavos.