Imputaciones en cadena
La contundencia del auto del juez augura un futuro muy negro para Jaume Matas
Actualizado:El auto judicial que imputa al ex presidente de la autonomía balear Jaume Matas un amplio listado de delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos, cohecho, blanqueo de capitales, falsedad en documento oficial y contra la Ley electoral, constituye un relato poco menos que imposible de rebatir sobre la trama urdida en torno a la construcción del velódromo Palma Arena y otras irregularidades. La prisión provisional establecida por el juez Castro Aragón -de la que Matas podría librarse mediante una fianza récord de tres millones de euros- tampoco ofrece demasiados flancos para su crítica, toda vez que el ex presidente balear trató desde el primer momento de eludir su responsabilidad asumiendo únicamente haber incumplido sus obligaciones fiscales en alguna de sus operaciones. A todo ello se refería probablemente Rajoy cuando anteayer expresó su deseo de que Matas demuestre su inocencia «si puede». Pero ni las evasivas del presidente del PP ni el hecho de que el ex ministro y ex presidente autonómico se diera de baja de dicho partido parecen suficientes para que los populares se muestren «implacables» contra la corrupción a sólo unos días de que se abra públicamente el sumario del 'caso Gürtel'. Los escándalos de corrupción política derivan en la consiguiente diatriba partidaria, por la que especialmente las dos principales formaciones españolas se reprochan mutuamente los casos que les afectan en el presente o les salpicaron en el pasado. Lo peor de esa diatriba es que olvida y oculta la repulsión, la desazón o la vergüenza que la mayoría de la ciudadanía siente ante el descaro con el que unos pocos representantes públicos pueden enlodar el propio funcionamiento de la democracia en beneficio propio. Aunque Jaume Matas es acreedor a la presunción de inocencia mientras no se dicte una sentencia firme en su contra, le resultará difícil explicar a los ciudadanos de la comunidad que presidió de dónde procede el patrimonio que al parecer posee. Pero lo importante es que la coraza moral tras la que se guarecen los corruptos, imperturbables, no cuaje en los partidos a los que pertenezcan o hayan pertenecido ni se acomode en la conciencia ciudadana.