Los ecologistas y Cádiz
DIPUTADO NACIONAL POR CÁDIZ DEL PP Actualizado: GuardarVaya por delante mi admiración y respeto por el movimiento ecologista, lo cual no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que hacen o dicen. No es justo generalizar y juzgarlos a todos por igual porque hay ecologistas que viven para el medio ambiente y otros del medio ambiente. Los hay coherentes y fieles a sus principios y otros que dependen de otros intereses.
Nuestra provincia tiene una biodiversidad muy rica y somos privilegiados por ello y tenemos que agradecer a los ecologistas que sean garantes de ese tesoro. Con lo que no estamos de acuerdo es con el conservadurismo a ultranza que practican y les hace olvidar la necesidad mundial de conciliar la preservación de la biodiversidad con el progreso humano, como reconoció la Cumbre de la Tierra celebrada por Naciones Unidas en 1992 en Río de Janeiro.
Esta conciliación o equilibrio es el que se le requiere a los ecologistas para que no se opongan por sistema a todo proyecto necesario e imprescindible para el progreso de los gaditanos como reiteradamente viene ocurriendo. No parece comprensible la oposición frontal de los ecologistas a un proyecto tan necesario como es el polígono de Las Aletas, vital y único para el desarrollo industrial de nuestra provincia, que rechazan por estar ubicado en una zona de marisma degradada por falta de mantenimiento y actividad.
Otra oposición reciente de los ecologistas ha sido su negativa a la regeneración de la arena de algunas playas de nuestra provincia afectadas por los intensos temporales, como han acordado los gobiernos central y andaluz, para ponerlas operativas para su uso turístico durante la Semana Santa, que tan importante es para nuestra economía y empleo. Obvian el gran esfuerzo y gasto que han hecho ayuntamientos y sector turístico para aprovechar este período vacacional y se oponen no por cuestiones medioambientales, sino por considerar un dispendio el coste económico del acondicionamiento por Costas. Estamos de acuerdo con las voces ecologistas que piden a este departamento que se hagan estudios migratorios, cuesten lo que cuesten, para dar solución definitiva a las pérdidas de arenas que sufren sistemáticamente algunas playas por los temporales, pero no podemos compartir esta oposición sin alternativa y sin degeneración del litoral, pues precisamente lo que se pretende es regenerar la arena perdida. Habría que recordarles que el sector turístico gaditano es uno de los pocos que mantiene su actividad pese a la crisis económica y no se debe cortar la fidelidad de nuestros visitantes para no perderlos.
Otra situación similar de oposición ha sido por la exigencia de que el atún rojo entre en CITES y se prohíba su comercialización internacional con el peregrino argumento de preservar la especie. Aquí hay que diferenciar a algunos ecologistas que han visto la oportunidad de lucrarse con los estudios pagados que podrían hacer para controlar ellos el estado de la especie, mientras que los pescadores perderían sus empleos y nuestra provincia las divisas de la rentable exportación internacional. A otros ecologistas les ha traicionado su corazón verde, que no les ha permitido ver las consecuencias de sus exigencias, preocupados por la disminución de ejemplares y no se han parado a pensar que hay un organismo internacional encargado científicamente del control del atún atlántico (ICCAT), que tiene vigente un Plan de Recuperación de la especie y por ello está limitando las cuotas de capturas y que hace evaluaciones bianuales. Tampoco han pensado que lo que se proponía no era dejar de pescar el atún, sino de comercializarlo internacionalmente con lo que realmente se conseguiría no es la estabilización de la especie sino perjudicar su comercialización ya que ningún país europeo pagaría los altísimos precios que paga Japón y no haría rentable su pesca por la flota artesanal y almadrabas. Lamentablemente han encontrado un aliado incomprensible en el gobierno español que ha preferido la palmadita en la espalda, imbuido por su presidencia semestral del Consejo de la UE, que defender los intereses del sector atunero español. Nuestro gobierno y sus aliados han olvidado uno de los objetivos de la Política Pesquera Común Europea que es garantizar una explotación de los recursos acuáticos vivos que faciliten unas condiciones económicas, medioambientales y sociales sostenibles.
Estas actitudes súper conservacionistas de los ecologistas contrastan con la facilidad sospechosa con la que apoyan otras inversiones, también importantes y necesarias, pero para las que demuestran una disponibilidad permisiva para con las empresas promotoras que choca con las exigencias a otros planteamientos como los que hemos expuesto más arriba. Entendemos que la conservación del medio ambiente no debe ser contraria al progreso y a la calidad de vida. Al contrario creemos que la educación, cultura y bienestar deben ser garantes de la sostenibilidad de todos y por ello debe considerarse tan importante mantener las especies pesqueras como a los pescadores, al medio ambiente como a los ciudadanos. En definitiva se deben mantener objetivos ecológicos, sociales y económicos sin priorizar ninguno para que la prevalencia de unos sobre otros no signifique la ruptura del equilibrio que garantice la sostenibilidad humana, animal, vegetal y medioambiental.