Berlusconi salva la cara y la Liga Norte gana terreno

La victoria moral en las elecciones regionales del domingo y el lunes en Italia dependía de quién se llevara las dos regiones de resultado incierto, Lazio y Piamonte. El suspense duró hasta la medianoche del lunes y al final el centro-derecha arrebató las dos a la oposición. Berlusconi se anota el triunfo. El primer ministro sale airoso una vez más de unos comicios que volvían a juzgarle por sus desmanes y escándalos. Las urnas le dan de nuevo la legitimidad que constituye su argumento incontestable y el más incomprensible desde el extranjero. Esto debería servir al Ejecutivo para hacer algo de provecho, con su mayoría absoluta para tres años más. Pero lo que suele ocurrir es que, en vez de sentirse obligado a ello, Berlusconi se cree más autorizado todavía a ocuparse de sus asuntos. Sin embargo, el revulsivo de la línea de Gobierno y el dato verdaderamente interesante es el auge de la Liga Norte de Umberto Bossi. Con un 12,7%, el mejor resultado de su historia, la formación federalista de pulsiones xenófobas es el único partido que sube y le come terreno a 'Il Cavaliere', su aliado. La Liga hará valer su peso e impondrá la aprobación del federalismo fiscal, la propia gestión regional de los impuestos. Choca con el tercer pilar del Ejecutivo, Gianfranco Fini, moderado y con sentido de Estado. Aquí estará la fuente de tensiones de la derecha.

Marcador final

La coalición de Gobierno, formada por el Partido de la Libertad (PDL) de Berlusconi y la Liga Norte recupera cuatro regiones -las otras dos son Calabria y Campania-, además de confirmar las dos que tenía, Lombardía y Véneto. El marcador final de los trece territorios en juego fue de 7-6 para la oposición, que partía de un 11-2 en 2005.