54 en Zurbano, 7
ABOGADOActualizado:Si la troica reunida en el Palacio de Zurbano situado en el nº 7 de la calle que le da nombre hubiera estado integrada por Jelulín, Antonio David y Pipi, lo de 54 sería preocupante para el resto de la ciudadanía castiza española. Pero que no se preocupe ésta, el nº 7 sólo responde a la ubicación del inmueble cuya construcción fue encargada en 1878 por el Conde de Muguiro y desde 1986 es de propiedad estatal. Actualmente pertenece al Ministerio de Fomento y es sede del Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo, cuyo Virrey es D. Pepiño. Éste se hace acompañar ahora en su palacete con más pompa si cabe que el mismísimo conde, por sus acólitos la Ministra de Economía y el Ministro de Industria. Lo de 54, las medidas a tomar para supuestamente acabar con la crisis. Menos mal, yo había pensado al principio que se refería a otra cosa y hacía mis cábalas. Yo que soy muy normalito, pensé que los tres eran extraterrestres. A lo mejor la solución a la crisis también la tienen éstos y no los terrícolas.
La explicación de la situación actual exige retrotraernos a los inicios del ciclo expansivo allá en los años 1996 y a su gestión hasta 2007 y al no reconocimiento de la situación por un evidente interés electoral y las posteriores políticas equivocadas para afrontar la crisis y la recesión en la que nos encontramos instalados. Las causas más verosímiles que han desencadenado lo que ha venido en llamarse la Gran Recesión de 2008-2009, la acumulación de deudas por las economías domésticas, el sector financiero y el empresarial. En 2010, se invoca como causa fundamental de la mejora de la situación económica y de sus perspectivas a corto y medio plazo, el progresivo desapalancamiento conforme evoluciona favorablemente la situación, aunque la deuda aún soportada por el sector privado, que efectivamente se ha estabilizado, pero lo ha hecho en niveles exorbitante. Ahora bien, la consecuencia fundamental que ello ha producido, básicamente por los influjos de la lluvia de dinero vía estímulos fiscales y la socialización de una importante parte de las pérdidas atribuibles al sector privado en general, ha tenido como efecto directo el endeudamiento más que abultado del sector público. El caso español es de libro y refleja fielmente lo expresado. Déficits de más del 11% sobre el PIB y una relación entre deuda pública y PIB con valores desconocidos en nuestra reciente historia económica.
La Ley de Economía sostenible fue acogida con frialdad por casi todos, salvo por su valedor, que como Alicia, parece sigue instalado en el país de las maravillas. Ahora, el último en mostrar su desconfianza hacia la misma ha sido el Consejo de Estado. Éste se refiere a la falta de concreción y de dudosa eficacia para el objetivo perseguido, ya que no da respuestas, ni cuantifica el impacto de la misma en la creación de empleo, principal problema que subyace en la economía española. Por todo ello, se puede decir que el pacto anti crisis ha muerto definitivamente. ZP está decidido a la aprobación de la norma como fuera mediante un Real Decreto-Ley, que sin duda será el 'Decretazo' más sonado de todos los hasta ahora conocido. Entre las ideas que se plasmarán en el mismo, sin duda han sido calificadas por sus artífices como las más innovadoras, progresistas y estéticamente impecables, son las que paso a enumerar. La tarifa súper vale para los coches eléctricos; Planes especiales de inversión para las empresas que inviertan en África Occidental; Reglamento de carga para los pasajeros de empresas de aviación y de compras en la duty-free; los contadores de la luz de última generación y así hasta cincuenta y cuatro medidas. Todas de corte similar. ¿Creen ustedes que estas son las medidas que hoy necesita España para salir del agujero en el que nos ha metido la crisis y ha ahondado el gobierno con su actitud? Sinceramente creo que no. Los grandes temas a debatir, los que pomposamente se han venido llamando 'las grandes reformas estructurales de la economía española', brillan por su ausencia en el texto de la futura norma. A pesar de las medidas enumeradas, aparece otra que merece especial mención. La habilitación del ICO para dar créditos directos de hasta 200.000 euros a las empresas asumiendo el Instituto todo el riesgo que conlleve el otorgamiento del mismo. Ello, que puede abrir el grifo del crédito para las PYMES, es un arma de doble filo que pudiera ser letal al final para la economía española, ya que podría generar un riesgo desmedido, con el consiguiente impacto negativo en las ya más que desequilibradas cuentas y finanzas públicas.
Creo tener claro cuáles son las auténticas causas de la crisis que padecemos y cuales debieran ser las medidas que nos alejen definitivamente de los males ocasionados. La causa que sintetiza todas las demás es haber vivido por encima de nuestras reales y racionales posibilidades. Que ello es así lo demuestra el déficit por cuenta corriente generado en los años de bonanza económica, el mayor del mundo en términos relativos y el segundo, en términos absolutos después de EE UU. Es verdad que en aquel entonces, no había problemas de financiación, dada la especial solvencia de la economía española y encontrarnos bajo el manto protector del euro. Ahora todo ha cambiado, girando ciento ochenta grados. Ni la una, ni la otra nos son favorables. ¿Qué hacer entonces? El Estado tiene que cambiar diametralmente de actitud con el gasto público. Tiene que gastar con sensatez y sólo debiera endeudarse hasta un límite razonable, cuya línea debiera ser infranqueable en cualquier caso. Los ciudadanos, algo por el estilo. Racionalizar y optimizar nuestro gasto. Sólo así, España volverá a la senda de la sostenibilidad en lo económico, a la credibilidad y a la solvencia en los mercados internacionales y seguro que Europa y el resto del mundo nos volverán a hacer el hueco que tuvimos y que hoy por hoy es una entelequia.