«Mi profesión es ahora la de cursillista»

Josefa Inés Dopazo lleva a sus espaldas y en los codos la asistencia a varios cursos de la antigua Formación Profesional Ocupacional, hoy reconvertida en la Formación Profesional para el Empleo. Reconoce sin tapujos que a estas alturas «mi profesión es la de cursillista», bromea sobre su trayectoria. Ha perdido la cuenta del número de cursos que ha recibido en los dos últimos años. Hizo uno del paquete Office, otro de Alemán para la atención al público, precisamente con el Impro, y uno más de empleado de Oficina en Cádiz, del que no guarda buenos recuerdos. «Duró cerca de 900 horas y fue como un embarazo con su parto con dolor incluido, pero en vez de un niño lo que salió fue un título», se toma con ironía una vez pasado el tiempo. Aunque al principio se habló de compromiso de contratación, luego sólo fue una mínima parte del alumnado la que tuvo ese final feliz. Josefa hizo las prácticas en una empresa, pero sólo le dieron trabajo a dos de los quince alumnos que participaron en el curso de formación. Para Josefa, aquella fue una gran decepción, ya que, «después de asistir a piñón de cuatro de la tarde a nueve de la noche durante todo el verano yde hacer las prácticas sin faltar un solo día, el esfuerzo no sirvió para nada». Asegura que se planteó aquel tiempo de prueba como un escaparate en el que rindió a fondo. «Se puede considerar que era lo que se denomina una trabajadora socializada, cumplía con mi trabajo y me metía todo el estrés del mundo para terminar mis tareas», recuerda ahora Josefa, quien a pesar de que está buscando completar su formación, confiesa que salió «bastante escarmentada» de aquella desgraciada experiencia. Josefa sigue inmersa en los planes de formación y aguarda ahora el plan de 2010.