DESENCUENTROS DEL DOCE
Actualizado:El desencuentro entre las administraciones implicadas en el Bicentenario de las Cortes de Cádiz responde a conceptos diferentes de la política, de la gestión, de la cultura y es difícil de superar por mucho que la cúpula decrete un frágil alto el fuego, más que un «pacto de no agresión». No se aprecia el más mínimo 'feeling' entre los dos equipos técnicos y cada uno acusa al otro de inactividad o de falta de capacidad de decisión, mientras se arrogan a sí mismos iniciativas, planes, proyectos, éxitos. Estas fórmulas pueden dar frutos, porque estimulan la competencia, pero se pierden muchas energías por el camino si no existe un 'mando unificado'. Como ni lo hay, ni lo va a haber, habrá que convivir con esta tosca bicefalia y esperar que Dios nos coja confesados.
Nada hace concebir esperanzas,ahora mismo, de que el programa cultural del Doce vaya a estar a la altura de las expectativas, de la ambición arrolladora, del alto nivel que debiera tener. Resulta curioso que para una medida acertada que se toma, el encargo del Ayuntamiento a Pérez-Reverte de una exposición interactiva, salga precisamente Rafael Román criticándola, cuando él sabe mejor que nadie cuánto vale este tipo de productos culturales, él que pagó magníficas programaciones en sus años de Diputación y que es el único que ha osado levantar la voz para reclamar criterio.
Desde luego que hay que tener cuidado con los dineros públicos, y más en estos tiempos. Ya no se puede tirar de chequera como en la Expo de Sevilla, cuando los organizadores se plantaron,por ejemplo, en el MET con un talonario en blanco. También hay que ir sobre seguro, basta ver cómo se estrelló Esperanza Aguirre (la que nos ha llamado gallinas a los andaluces, esa misma) con el encargo a Garci de una película sobre el 2 de mayo.
De modo que está muy bien Pérez-Reverte, pero no es suficiente, ni exime al Consorcio de seguir preparando un programa potente. Los encargos en curso (a Jimena Blázquez, Eduardo Rodríguez y Miguelo Valencia, para organizar una buena exposición; a RevistAtlántica para un ciclo de conferencias) son indispensables, pero además hay que buscar otras fórmulas vanguardistas, originales, de hacer ruido ante el mundo y dar un sello de calidad a nuestra celebración, algo que además nos llene de orgullo a los gaditanos, que tanto necesitamos subir la autoestima.
Lo más grave es que resulta casi imposible traer a Cádiz una exposición de calidad, porque salvo el Museo Provincial no hay espacios que reúnan las exigentes condiciones que las instituciones requieren para prestar sus piezas. Por esta razón no ha venido la muestra sobre Mutis de la SECC . Instituciones como el Prado, el Lázaro Galdiano, el Museo Romántico, el Museo Napoleón o Patrimonio Nacional no prestarán nunca nada. Cómo va a venir, por ejemplo la reclamada«Alegoría» de Goya a un castillo junto al mar, con humedades, sin proyecto museográfico, sin vigilancia... Las inversiones para cumplir estos requisitos son altas, de modo que lo que nos espera son reproducciones digitales, "realidad virtual"... todo de mentira, en fin, aunque la buena tecnología también es cara. Pero queremos más