Los almadraberos podrán jubilarse a los 55 años

Después de haber capeado el temporal de Doha, que amenazaba con ahogar definitivamente un modo de vida tan antiguo como los fenicios, la consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, quiso ayer escenificar la victoria (circunstancial) del sector almadrabero sobre la cubierta de un barco.

Acompañada del delegado provincial, Juan Antonio Blanco, anunció a los representantes de las cofradías de pescadores de Barbate y Zahara una doble línea de actuaciones. Por una parte, «se insistirá en las particularidades artesanales de este tipo de pesca, para que prime su valor cultural en cualquier debate próximo sobre la prohibición o no del atún rojo para el comercio internacional». Por otra, adelantó una nueva regulación administrativa que garantiza 12.000 euros anuales a los almadraberos que se jubilen a los 55 años, y 20.000 a los que decidan abandonar la profesión «y se comprometan a no retomarla».

El mensaje, según uno de los viejos copejadores que hacía guardia en el fondeadero del puerto, no puede estar más claro: «Que todo irá bien, pero que si podemos ir cogiendo la puerta, mejor».

Aguilera explicó que la orden será «de aplicación inmediata, que se publicará próximamente en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) y que consolidará la modernización del sector pesquero andaluz en el marco 2007-2013», adaptándolas a las nuevas posibilidades de financiación aprobadas por la UE para promover «la reestructuración de las flotas de la Comunidad Europea tocadas por la crisis económica». La orden de la Consejería fija también nuevas ayudas para apoyar a las organizaciones de productores, además de agilizar los trámites y la gestión para acortar el plazo de su resolución y pago. A bordo del 'Francisco Varo', Aguilera subrayó que la «defensa del sector pasa por recalcar que las artes de almadraba no pueden equipararse a otros métodos industriales», y señaló que el Instituto Oceanográfico Español, «una institución del máximo prestigio internacional ya prepara un informe que avale el carácter singular y sostenible de la pesca del atún rojo desde un punto de vista científico».

En el gremio, ni la jubilación a los 55 ni los 20.000 euros de «prima» por abandonar los caladeros parecen haber causado furor. «Sencillamente, no conviene», explica uno de los empleados de Prodraba, la máxima exportadora de atún rojo a Japón: «Salvo los que estén muy tocados físicamente, nadie se planteará dejarlo por 12.000 euros al año, que luego son muchos menos. Y los que cobren la prima, ¿a qué se van a dedicar después, si la mayoría no sabe hacer otra cosa?».