Opinion

Divergencias europeas

La división en la UE arroja sombras sobre el rescate de Grecia y debilita el euro

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La rebaja de la calificación de la deuda soberana de Portugal confirmó ayer que los problemas de la zona euro no se limitan a Grecia, cuyo plan de rescate sigue provocando discrepancias internas hasta el punto de hacer tambalearse la cotización de la moneda europea. La divisa perdió la barrera de los 1,34 dólares por primera vez desde mayo de 2009 y aunque la depreciación puede favorecer las exportaciones desde la UE, la incertidumbre generada amenaza con estimular la especulación contra la moneda única. Portugal, el nuevo 'enfermo' de la UE debilitado por las malas perspectivas de recuperación de su economía, con un déficit récord de 9,3%, podría engrosar el hospital comunitario mientras siguen sin aprobarse los mecanismos definitivos de ayuda financiera para auxiliar a los Estados en apuros. Rodríguez Zapatero, en sintonía con Durao Barroso, y el presidente ejecutivo Van Rompuy se mantienen aferrados a la defensa del principio de solidaridad por encima de la estabilidad y se esforzaban ayer en convocar una cumbre urgente de los dieciséis del euro para cerrar un acuerdo sobre Grecia antes del Consejo Europeo que comienza en la tarde de hoy. La resistencia de varios países como Finlandia, Holanda y especialmente Alemania a definir el plan de rescate responde a un cierto egoísmo económico que está irritando al resto de los socios pero satisface a un 60% de la población germana, que se confiesa en las encuestas abiertamente contraria a ayudar al país heleno. Las divergencias internas están arrojando sombras sobre una solución al problema de Grecia olvidando que un fracaso del rescate sería muy pernicioso para la imagen de solvencia y unidad europea. Berlín, entre tanto, insiste en teorizar sobre diferentes fórmulas que impliquen al Fondo Monetario Internacional en una especie de red de seguridad con préstamos bilaterales de Estado a Estado coordinadas por Bruselas y exclusivamente para el caso griego sin automatismos aplicables a otros países. Sin embargo, la gravedad de la situación no aconseja eternizarse en debates técnicos sino reforzar el liderazgo de Bruselas y demostrar a los mercados la fortaleza y solidaridad del grupo que acude en ayuda de sus miembros más débiles para defender la cohesión europea.