COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Al cielo con él

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Dicen que todo se pega menos la guapura. Y va a ser que sí, que es verdad. Porque si los estados de desánimo provocan unos socavones en la sociedad que ríase usted del desastre de la playa, ya hay quien piensa que dándole la vuelta a la tortilla, el imaginario colectivo volverá a recuperar el optimismo y la confianza en un mundo, si no nuevo, por lo menos, amable. Y ahí están los de estoloarreglamosentretodos.org que con la Fundación Confianza andan encantando a los descreídos con la melodía de un mensaje feliz al que pretenden que pongamos letra entre todos. Música coral para la esperanza.

Después del derrotismo llega la calma. Todo se pega, menos la guapura. Si el pesimismo malsano nos llevó en alguna ocasión por la calle de la Amargura, todavía estamos a tiempo de coger un atajo y volver a casa, todavía estamos a tiempo de tirar los dados y salir del pozo. Miren si no. Es cuestión de optimizar -en su sentido más etimológico- los recursos. El fin de semana se encargó de poner ejemplos. La Gymkhana del Doce convocó no sólo a cientos de personas sino que conjuró los ánimos para que los ciudadanos se sientan parte importante en esto del Bicentenario, que ya tocaba. La calle, como una feria, llena de tirabuzones. Y el ánimo, por las nubes. El vocero -ya les advertí que terminarían llamándole así- salió a hombros del Falla después de provocar una catarsis, una especie de hipnosis colectiva en el templo del carnaval, a base de ripios y sentimentalidad. Al cielo con él.

Otro mundo es posible. Un mundo en el que nada funciona, pero en el que todo va bien. Efecto placebo. Bienvenido sea.