Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
ESPAÑA

El Gobierno exige a Mayor que «no intoxique» sobre otro proceso de paz

El ex ministro dice que Zapatero y ETA son «aliados potenciales» que tienen como objetivo común «debilitar España»

R. GORRIARÁN / A. TORICES
MADRID.Actualizado:

Estupor en el Gobierno y desconcierto en el PP. Así reaccionaron ante la denuncia del ex ministro del Interior Jaime Mayor Oreja de que está en marcha «una segunda parte» de las conversaciones del Ejecutivo con ETA con un doble fin: que la izquierda 'abertzale' pueda presentarse a las elecciones municipales y, a cambio, los terroristas ayudarían a José Luis Rodríguez Zapatero a ganar las generales de 2012.

El portavoz del PP en el Parlamento europeo dibujó su visión de futuro a partir del presupuesto de que el Gobierno y ETA han abierto de nuevo un proceso de negociación. Hay, dijo, «símbolos y síntomas» que permiten tener «la certeza» de que hay una negociación en marcha.

Estos contactos existen, prosiguió el ex ministro en un desayuno informativo, porque «el proyecto de Zapatero y el de ETA son aliados potenciales». Esta connivencia, explicó, no se rompió pese al fracaso del diálogo abierto con la tregua de 2006 porque «los proyectos de resolución de conflictos están blindados desde el origen y aunque los resultados no sean los apetecidos en la primera parte, habrá una segunda parte». Y en ella están Gobierno y ETA, según el ex ministro, ya que la alianza de socialistas y terroristas tiene un objetivo: «debilitar España».

Mayor Oreja indicó que en esta fase de contactos habrá dos hitos «determinantes», las elecciones municipales de mayo de 2011, en las que «se trata de que ETA se haga presente en los ayuntamientos e instituciones del País Vasco» mediante alguna candidatura ante la que el Gobierno haría, según su análisis, la vista gorda. La contrapartida, dijo, vendría en las elecciones generales de 2012, en las que la organización terrorista «devolvería el favor a Zapatero para ayudarle a ganar».

Querella

El Gobierno encajó con sorpresa las palabras de Mayor, aunque el pasmo dio paso a la indignación y hubo quien planteó la posibilidad de presentar una querella, idea enseguida aparcada porque no encaja en «el estilo Zapatero», según fuentes del entorno presidencial. El ministro de Fomento se erigió una vez más en portavoz gubernamental y emplazó al dirigente del PP a que «deje de enredar» y de «intoxicar» a base de «mentiras y engaños». José Blanco aseguró que el ex ministro de Interior «va por libre» porque entre el Gobierno y la oposición hay «una acción conjunta» contra ETA.

Exigió a Mayor «que se calle» y animó a Mariano Rajoy a que «le llame la atención». Petición que compartió la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, quien tachó de «desvergonzadas» esas palabras, aunque confió que esa posición sea «aislada y marginal» en el partido opositor. «No quiero pensar que el PP pudiera volver a las andadas en la utilización partidaria de la lucha antiterrorista», en alusión a la actitud que tuvo en la pasada legislatura.

Rajoy ignoró los emplazamientos y guardó silencio. Pero los comentarios también sembraron la perplejidad en el PP, sobre todo porque su líder respalda sin matices la política antiterrorista gubernamental y, es más, la pone como ejemplo de lo que debe hacerse. La portavoz en el Congreso no pudo disimular su incomodidad cuando fue preguntada en más de media docena de ocasiones sobre los comentarios de su compañero. Soraya Sáenz de Santamaría evitó respaldar sus palabras, pero se cuidó de no caer en la desautorización. Respondió a todos los interrogantes con el mismo latiguillo: «Lo que el Gobierno tiene que hacer para despejar confusiones e inquietud es tomar todas las medidas para evitar que ETA y Batasuna vuelvan a los ayuntamientos».