Mala noche para los chicos de la medular

Contundencia y calidad en el centro del campo. Sidi Keita y Zokora son dos maneras diferentes de ver el fútbol, pero igual de efectivas. El centrocampista africano del Xerez finalmente llegó a tiempo para el derbi del Sánchez Pizjuán y se recuperó de sus molestias en el empeine. Por su parte, el de Costa de Marfil, estuvo los pasados días entre algodones después de haberse lesionado en Barcelona ante el Espanyol. Dos jugadores hechos de otra fibra que llegaron al cien por cien a un encuentro que nadie se quería perder.

Los primeros instantes de partido mostraron que Keita echaba en falta a Víctor Sánchez y que la lesión seguía ahí. El de Mali estaba unas revoluciones por debajo de lo habitual y un despiste suyo casi provoca el primer tanto sevillista, al dejar escapar a Romaric. Zokora, por su parte, sigue siendo uno de los más regulares de su equipo en la presente temporada y aprovechó la libertad que le daba el Xerez para jugar a su antojo. Lo del costamarfileño es de mérito. Recibe el balón en su campo y ordena a su equipo desde atrás. Además, es constante en la lucha por recuperar el balón, oxigenando un plantel mermado por los excesos del campeonato.

Pero el medio centro africano del Sevilla había estado entre algodones durante los últimos dos días y su puesta en escena era todo un riesgo que asumía Manolo Jiménez, pero que le salió mal al de Arahal. En el minuto 42 de la primera mitad Zokora se toca el muslo y mira al banquillo. Malas sensaciones y el sevillista que minutos después tiene que marcharse lesionado a los vestuarios.

Tampoco le fue mejor a Keita. El africano entró mejor en la segunda mitad, pero en su primera falta hizo penalti a Adriano. Pena máxima que no falló Kanouté y que puso por delante a los sevillistas. Una acción que marcó en parte al azulino, quien se fue perdiendo ante el juego vertical de sus compañeros. Y es que los minutos pasaban y el Xerez se chocaba una y otra vez ante el juego rácano del Sevilla. Además, Keita demostraba no poder más, aunque ya el Sevilla atacaba lo mínimo y el africano se convirtió en un espectador más.