Alerta contra el cansancio

Ante la amenaza de cansancio físico y mental, con seis partidos cada tres días para el Barça, alerta y concentración máxima. La víspera de recibir a Osasuna en el Camp Nou, Pep Guardiola prohibió a sus jugadores acudir al Palau a presenciar en directo el partido de la Euroliga de baloncesto entre el Barcelona y el Real Madrid. El técnico azulgrana no desea que sus jugadores se distraigan con algo que no sea fútbol ahora que comienza una verdadera carrera de obstáculos sin tregua en la lucha por el título y en su camino hacia la final de la Copa de Europa en el Bernabéu.

Convencido de que «el Madrid perderá pocos puntos» hasta el final de campeonato y de que el Barça afronta «una semana decisiva», no ha lugar a la relajación en un equipo que rechaza dejarse embaucar por los elogios a Messi, aunque el entrenador considera que en este caso tantas alabanzas no hacen daño al grupo. Al contrario. Estima que refuerzan al colectivo por la forma de ser del argentino. «Messi, tan querido y respetado en el vestuario, recibe todos esos elogios con una tranquilidad, simplicidad y naturalidad que comparte con el resto de sus compañeros, y eso es muy bueno para el equipo», sentenció el técnico catalán.

El Barça tiene la posibilidad de convertirse en líder provisional, ya que el Madrid no juega hasta mañana en Getafe, y los azulgrana están obligados a ponerse al frente de la tabla. No es una obsesión, o al menos así pretende trasladárselo el entrenador a sus jugadores: «Intentaremos ser líderes esta semana, o si no, la otra. No cambia nada». Es ocasión de revancha para el Barcelona, después de que en la primera vuelta Osasuna dejase sin dos puntos a los azulgrana por un desafortunado gol en propia puerta de Piqué ya en el tiempo añadido. Tendrá que ser sin el central, con molestias en su rodilla izquierda, lo que dejará a Puyol y Milito como líderes de la defensa. También faltará Xavi, a quien todavía le queda un tiempo para reaparecer, aunque con Iniesta en el medio campo el Barça no debería acusar falta de claridad, y mucho menos, desequilibrio. Y si no, ahí está Messi en estado de gracia, aunque suenen rumores de descanso para el número uno del mundo.