El exiliado guineano Donato Ndongo, en la Biblioteca
El periodista y opositor de Obiang analiza en Cádiz las causas de la emigración africana reflejada en 'El Metro'
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEn una de esas en que se ve el vaso medio lleno, Donato Ndongo se considera un «privilegiado». Afortunado al haber tenido que salir de su país y continente por motivos políticos. Y no como los millares de africanos que buscan El Dorado en la vecina Europa. Emigran por un trozo de pan, a la espera de una vida mejor, dejan atrás a sus familias y, la mayoría, realizan un viaje de ida y vuelta. Los que no zozobran en el intento.
Lo cuenta el periodista y escritor ecuatoguineano en la novela 'El metro', el mismo que bajó (el de Madrid) hace 30 años para terminar sus estudios de bachillerato. En 1994, se instalaría definitivamente en el país que antes había colonizado el suyo en busca de asilo. Su oposición al gobierno de Teodoro Obiang es tan activo como su lucha por los derechos humanos del pueblo africano. Ayer, mientras viajaba en tren camino a Cádiz, donde mañana participa en un acto de la Biblioteca Provincial -a partir de las 19.30 horas-, lo reivindicaba con la misma vehemencia con la que habla desde su papel de ministro de Exteriores en el gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio que se mantiene en Madrid. «Es cierto que la mayoría de los africanos que emigran lo hacen al fin y al cabo por motivos políticos. La mala gestión está detrás de la pobreza», denuncia Ndongo.
No hay explicación para que un continente con tanta riqueza natural esté empobrecido. Se pregunta el escritor cómo con recursos como el petróleo o los minerales, con tierras capaces de desarrollar una agricultura próspera, África esté bajo el yugo de las multinacionales. «Sólo cuando el continente esté en manos de personas decentes y no de dictadores y cleptómanos, de presidentes que son capataces de los grandes holdings, sólo entonces, podrá desarrollar su riqueza», explica.
Sin fecha clara, optimista de igual forma. «Los fenómenos históricos no tienen plazo. Mi esperanza no es vacua porque si hace 500 años los africanos éramos esclavos y yo he llegado a ser profesor de una universidad de Estados Unidos, si durante siglos existió el colonialismo y se superó, algún día los países desarrollados y los africanos se darán cuenta de que para que el mundo sea normal tiene que ser justo y hacer un reparto equitativo», sostiene el guineano. En su caso, para su lucha, tiene la palabra. La escritura y el periodismo. «Cuando llegué a España se hablaba de guerras tribales, afortunadamente, se ha superado esa concepción».