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El primer ministro griego, George Papandreu, ayer en el Parlamento en Atenas. :: AP
Economia

No hay consenso en las ayudas a Grecia

La presidencia española se enfrenta al rechazo frontal de Alemania, contraria a los socorros

R. C.
BERLÍN.Actualizado:

Europa sigue dividida por las ayudas a Grecia y la fractura entre los países comunitarios amenaza el éxito de la cumbre convocada para los días 25 y 26 en Bruselas. Los llamamientos de España, Francia e Italia, países que abogan por no dar la espalda a un socio de la zona euro, chocan con una 'numantina' resistencia germana.

La presidencia española de la UE va a «hacer todos los esfuerzos» para mostrar «la solidaridad a la que Grecia se ha hecho acreedor con las medidas de austeridad que ha tomado frente a su crisis presupuestaria», declaró el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, durante una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas. Por estas razones, la presidencia «trabaja» para incluir en el temario del encuentro el debate sobre un mecanismo de apoyo financiero, explicó Moratinos.

El proyecto de plan de rescate se basa en préstamos bilaterales y está concebido para su aplicación en caso de estricta necesidad, es decir, si se estima que la crisis griega llega a suponer una seria amenaza para la estabilidad de la Eurozona. Los griegos, por su parte, insisten en que no requieren una ayuda financiera de la UE de forma inmediata. Asegura que su mayor necesidad es un apoyo político a sus esfuerzos de austeridad, para que su deuda no naufrague.

Pero Berlín no se muestra dispuesto a ceder. La canciller alemana, Angela Merkel, ha enviado a través de su portavoz un claro y categórico mensaje a Bruselas y al resto de las capitales europeas partidarias del apoyo a Grecia, al afirmar que el tema de la crisis del país heleno no está en la agenda de la cumbre. Lo afirmó Ulrich Wilhelm durante una conferencia de prensa, y añadió que el gobierno alemán no se opone a que, en caso extremo, Grecia recurra al rescate del Fondo Monetario Internacional, una alusión que choca frontalmente con las opiniones de otros socios de la zona euro.

Merkel resiste, pese a verse sometida a una intensa presión, en especial del presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, quien instó a la canciller a dejar de lado sus intereses políticos internos para adoptar medidas destinada a evitar la crisis de un miembro de la Unión Monetaria. «Necesitamos una decisión en esta cumbre, porque, de no ser así, la ya exacerbada incertidumbre seguirá y seguirá», declaró Barroso al periódico económico Handelsblatt. «No podemos seguir como estamos, porque damos aliento a la especulación», añadió.

Agotar todos los recursos

Por eso, Barroso se propone agotar todos los recursos para incluir el tema de Grecia en la agenda de la cumbre. «Asegurar la estabilidad de la unión monetaria es de interés de Alemania y estoy seguro que Alemania hará una contribución constructiva para resolver la crisis», insistió. Con los sondeos de opinión en la mano, la canciller Merkel piensa de un modo diferente. Sabe que sus compatriotas están en contra de que el gobierno ayude a Grecia -el 61% se opone a ese socorro-, una certeza que cobra una crucial importancia política ante las próximas elecciones regionales en el estado de Renania del Norte Westfalia, donde también se pone en juego la mayoría que detenta la coalición de centro derecha en la Cámara Alta.

La canciller se ha asegurado, en una larga conversación telefónica con el primer ministro griego, Yorgus Papandreu, que el país heleno no necesita dinero por el momento. Y ahora piensa que ha llegado el momento de introducir reformas drásticas en la Unión Monetaria, incluidas rigurosas sanciones a los países que incumplan con el Pacto de Estabilidad. En su horizonte se cierne la amenaza de ser expulsados de la zona euro.