Hacer las maletas. La disponibilidad de movilidad laboral es cada vez más valorada en los currículos de los aspirantes a un empleo. :: T. SÁNCHEZ
Ciudadanos

Tres de cada cuatro gaditanos, dispuestos a emigrar por un trabajo

La provincia de Cádiz es la segunda de Andalucía, después de Granada, en movilidad laboral, según un estudio de la empresa Randstad

CÁDIZ . Actualizado: Guardar
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Emigrar o quedarse. He ahí la cuestión. Los gaditanos aman a su patria chica hasta decir basta. Nadie lo duda, pero el arraigo, la nostalgia o el amor al terruño no quita que, ante la cruda realidad del desempleo, los vecinos de esta provincia dejen los reparos a un lado a la hora de hacer el petate y mudarse -de manera temporal o definitiva- a lugares donde sí haya trabajo (cada vez menos, eso sí, desde hace dos años), en otra ciudad, otra provincia u otra comunidad. Álvaro García lo tenía claro cuando se marchó a Madrid hace cuatro años: «En Cádiz no había trabajo y mucho menos de lo mío, así que la única alternativa era salir de la provincia». Eran los años boyantes de la economía, cuando la palabra crisis parecía algo de otros países, no del nuestro. Y sin embargo, esa gris perspectiva del desempleo llevó a este publicista puertorrealeño de 27 años a levar anclas y poner rumbo hacia la capital española, donde amplió sus estudios y encontró un empleo que resultaría imposible, o al menos muy difícil, encontrar cerca de su casa natal, sus amigos de la infancia y su familia.

Según un reciente estudio de la empresa de recursos humanos y empleo temporal, Randstad en Cádiz tres de cada cuatro gaditanos estarían dispuestos a seguir el ejemplo de Álvaro García y la de otros cientos de miles de vecinos de la provincia: hacer la maleta y cambiar de residencia, si eso supone la obtención de un puesto de trabajo. Sólo en el sector agrario, por ejemplo, las solicitudes de empleo en vendimias y campañas de recolección -uno de los trabajos que requiere mayor movilidad- alcanzan ya las 3.500 en el registro de Gestión del Empleo Agrario, lanzado por la Consejería de Empleo de la Junta.

En la última encuesta de población activa (EPA), la provincia gaditana volvía a encabezar las amargas listas de desempleo de Andalucía y de España (sólo superada por Las Palmas), con la mayor tasa de paro en muchos años: cerca de un 29% de los gaditanos en paro.

No es de extrañar, por tanto, que en el estudio de Randstad, realizado a nivel nacional, los gaditanos estén igualmente entre los españoles con mayor disposición a mudar su residencias por motivo laboral. Lo que en la jerga de los recursos humanos se llama «disponibilidad para movilidad geográfica», una de las virtudes mejor valoradas hoy día en el currículum de cualquier aspirante a un empleo. El porcentaje de los habitantes de Cádiz en esta situación (un 73% de los encuestados por Randstad supera con creces la media española, que alcanza el 62%), e incluso la de Andalucía, en la cual un 67% de ciudadanos optaría por mudar de ciudad para trabajar.

Sólo Granada supera a Cádiz en porcentaje de personas dispuestas a mudarse por un salario, pero por poco, con 75% de nómadas en potencia. De hecho, según el último dato sobre migraciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) -relativos a 2008-, Granada y Cádiz se situaban como la segunda y cuarta provincia por detrás de Sevilla y Málaga con mayor número de emigrantes (29.000 la primera, y casi 23.000 la segunda). Si bien, el mismo informe indicaba cómo ese año los que se empadronaron en la provincia procedentes de otras alcanzaban las 22.400 personas.

Cuestión de sexo

Con todo, lo más llamativo de los datos recabados por Randstad en Cádiz se mide por sexos, ya que al contrario de lo observado en el resto de España, en esta zona son las mujeres las que se muestran más dispuestas a cambiar de dirección postal por un trabajo: un 80% de las gaditanas encuestadas, se muestran a favor de marcharse fuera de su ciudad o de la provincia con un contrato de trabajo en la maleta. Entre los hombres, en cambio, la movilidad sólo convence a un 68% de los encuestados por la empresa Randstad, cuyos analistas no ocultan su sorpresa por esta descompensación en la balanza de los sexos en Cádiz, ya que en el conjunto de España son las féminas las que más reticencias ponen a cambiar de ciudad, y los hombres suelen hacer de avanzadilla en cuestión de emigración.

«Esto puede ser debido a que en esta zona (Cádiz) la mujer es consciente de que carece de oportunidades laborales en su zona y debe trasladar su residencia si quiere encontrar empleo», razonan en Randstand con un argumento que, no obstante, bien podría aplicarse a los varones.

Álvaro García, el publicista puertorrealeño emigrado a Madrid, dice no «arrepentirse» de la decisión que tomó ni de los últimos cuatro años que ha pasado fuera de su tierra. La morriña, mientras tanto, se la cura una vez cada dos o tres meses viajando al Sur, sobre todo en las fiestas. A diferencia de los interesados por marcharse, no hay encuestas de aquellos que desearían volver (con trabajo o sin él). Álvaro, al menos, no tiene intención de regresar, «por ahora».