Gallardo honra su apellido
Actualizado: GuardarLevantó la mañana caprichosa, con las nubes jugando en el cielo que cubría el Teatro Villamarta, que como cada año, ha presentado un aspecto inmejorable más de media hora antes de comenzar el pregón de la Semana Santa del 2010.
Gallardo ha entendido a Jerez, y Jerez esperaba a José Gallardo. Comenzó acordándose de la Patrona de la ciudad, y siempre con el gusto y gitanería que quiso impregnar a su pregón, olvidándose de los corsés y las ataduras, simpático en la prosa, amable, cercano. Y ordenado, porque el pregonero ha querido recurrir a la tradicional fórmula que aglutina todas las cofradías de la Semana Santa gracias al orden cronológico de paso por la Carrera Oficial. Así empezó con la Humildad y Paciencia y la Paz de Fátima, en un claro guiño a las cofradías que están comenzando su andadura en nuestra diócesis. Pero el duende, el compromiso con la ciudad, la palabra valiente, llegó gracias al Perdón, y a su actual situación de éxodo en la Catedral por las inundaciones en la Ermita de Guía, a la que el pregonero tildó como Tierra Prometida para una hermandad que debe mirarse en el ejemplo de Moisés, que literalmente significa salvado de las aguas.
Así fueron pasando los versos, las décimas, los sonetos… La poesía más rica de la mano de un Gallardo que ha vuelto a jugar con lo divino y lo mágico cuando se acercó hasta la plaza de San Marcos, para recordar la figura de su eterno párroco, de quien dijo “ilumíname el camino, padre Carlos desde el cielo, que desde que tú te has ido, ando más sordo y más ciego”. Unos versos de gran belleza y sentimiento, una manera única de acordarse de quien tanto hizo por nuestra ciudad. Un pellizco en el alma que ha culminado pidiendo que el nombre de la titular de la cofradía de San Marcos, la Paz, se haga en la tierra.