«De golpe y porrazo hemos sido etarras»
Los cinco bomberos confundidos por error con terroristas en un supermercado de Francia repasan «el mal trago» sufrido
Actualizado:«Sin comerlo ni beberlo, de golpe y porrazo, hemos sido etarras». Así resumió ayer el bombero catalán Óscar González la angustiosa experiencia vivida en Francia junto a cuatro amigos y compañeros de profesión, confundidos por error por las policías francesa y española con miembros del comando de ETA que participó el pasado martes en el asesinato del brigadier Jean-Serge Nérin en las cercanías de París.
En el desarrollo de la investigación para localizar a los activistas, la Gendarmería se equivocó e identificó como terroristas a los cinco bomberos en un vídeo grabado en la víspera del crimen en un supermercado Carrefour de Villiers-en-Biere, próximo a la zona del tiroteo, en el que aparecían los españoles ataviados con forros polares cuando se disponían a hacer sus compras. La imagen fue difundida en ambos países durante gran parte de la jornada del viernes, tanto por Internet como por los informativos de televisión en horario de máxima audiencia, sin que las fuerzas de seguridad en la lucha antiterrorista reparasen en la metedura de pata.
La confirmación del error dio lugar a una auténtica pesadilla para los cinco bomberos catalanes, tres de ellos pertenecientes al servicio de la Generalitat en Gerona y los otros dos, al Ayuntamiento de Barcelona. Tuvieron que ser sus propios familiares y amigos lo que avisaran desde España del disparate a los afectados, que estaban de vacaciones en esta zona boscosa de Francia para practicar deportes de montaña. De madrugada, la Generalitat lanzó la voz de alarma para intentar corregir un desaguisado que, si no por fuera por el drama que hay de fondo, parecería una torpeza más propia de las andanzas del inspector Clouseau.
Los cinco bomberos acudieron ayer por la mañana a testificar voluntariamente a la comisaría de Melun, en el departamento de Seine-et-Marne, donde al final estuvieron cinco horas completando «diligencias administrativas» en las que, al parecer, tuvieron que demostrar que no eran etarras. Van a protestar porque ni siquiera se les citaba en las imágenes de marras como presuntos etarras, sino «directamente como etarras», advirtió Óscar González a RNE tras el interrogatorio.
«Nuestra foto ahí, de presuntos nada y de esto nos vamos a quejar. Sin comerlo ni beberlo, de golpe y porrazo, hemos sido etarras», lamentó el bombero, molesto por el «mal trago» sufrido por ellos y sus familias en un momento además de máxima tensión por el llamamiento lanzado por el presidente, Nicolas Sarkozy, a la guerra «total y sin cuartel» contra ETA tras la muerte de Nérin, el primer policía francés asesinado por la banda.
Tuvieron miedo al verse por la noche en el vídeo colgado en Internet y no se atrevieron a salir del hotel en el que se alojaban, ya que teóricamente estaban en busca y captura. Exonerados de cualquier acusación, los cinco bomberos tenían previsto aterrizar a última hora de la noche en el aeropuerto de Barcelona, donde querían explicar su rocambolesca peripecia y dar su versión sobre quién ha metido la pata, reconocida y lamentada ayer por las máximas autoridades de los departamentos de Interior de España y Francia, incluido el presidente Zapatero.
El engaño de Aspurz
Al parecer, la confusión podría tener dos orígenes. En la explicación dada por el director general de la Policía Nacional Francesa, Fréderic Péchenard, para admitir el error, relató que los investigadores indagaron en las imágenes del Carrefour a instancia de un policía jubilado, quien recordó que en la víspera del atentado había visto a cinco personas que «parecía que hablaban español» en ese 'súper'. Lo cual era cierto, pero eran bomberos catalanes y los expertos en la lucha contra ETA no cotejaron adecuadamente la información.
La otra vía para explicar el traspié está presuntamente en la declaración a la Gendarmería de Joseba Fernández Aspurz, el terrorista detenido tras el asesinato del brigadier. Al parecer, Aspurz podría haber engañado a los policías franceses que le interrogaban al asegurar que las personas que aparecían en el vídeo eran sus compañeros de comando.