LA 'REBELIÓN' SIN BANDERA
Actualizado: GuardarNo forman parte del mismo ejército los descontentos que los desesperados. Los primeros aún tienen un cierto margen de aguante, pero los segundos están en las cuerdas y lo que es peor esas cuerdas se han anudado a sus cuellos. La subida de impuestos, cuya legitimidad ha sido abruptamente combatida por Esperanza Aguirre, con su firme oposición contra el IVA, ve cómo crecen sus alistados.
Es natural, pero omiten explicarnos a los españoles cómo vamos a salir de la crisis sin rascarnos el bolsillo. Dicho de otra manera: aunque se sumen a la 'rebelión' algunas autonomías dolientes, seguiremos todos sin que pase nada, salvo que las sigamos pasando canutas todos.
Nuestros vehementes hermanos mexicanos fueron capaces de hacer una revolución al unánime eslogan cancionero de 'Si Adelita se fuera con otro', pero aquí nos da la lo mismo con quien se vaya Esperancita. Los españoles actuales no buscan con quien matarse hermanadamente, sino con quienes pueden vivir en paz. Así que no hay que temer a que se vendan más armas, sino a que estén vacías más tiendas de alimentación. Dijo León Tolstoy que los estudiantes no hacen revoluciones, sino algaradas.
Es muy difícil que se nos meta algo en la cabeza cuando escasea el contenido del estómago, pero no estamos para 'rebeliones', sino para soluciones. Es tristísimo que en lo único que hayan llegado a un acuerdo el PSOE y el PP haya sido en pagar menos por las medicinas, en recortar en 1.500 millones el gasto farmacéutico y en contener los salarios y las plantillas. Así cualquiera. Para equilibrar la maltrecha economía nacional sólo han encontrado una fórmula: que los pobres sean ligeramente más pobres. Quienes se oponen no merecen el título de rebeldes. Quizá el de discrepantes.