Tropelía injustificable
Actualizado:Regenerar las playas de Cádiz con tierra procedente de una cantera es, simplemente, una aberración. Si la Demarcación de Costas está decidida a hacerlo, hay que impedirlo como sea. Echarse a la calle si hace falta, como con el chiringuito de Santa María del Mar. Existen precedentes de semejante despropósito, y en todos ellos se ha hecho un daño a los litorales de difícil arreglo. Se hizo en Málaga, y cualquiera que haya pisado las playas de allí no necesita más argumentos para echarse a temblar ante la posibilidad de que aquí se cometa semejante error. Arena sucia, mucho más compacta, que derrumbaría de una tacada el mito de las arenas finas de las playas de Cádiz. También se ha hecho en otras playas mediterráneas con idéntico resultado. E incluso en alguna de la provincia, en Sanlúcar sin ir más lejos, donde se han cargado toda la zona de Bajo de Guía, junto a la desembocadura del Guadalquivir.
Costas argumentará que ya no se pueden regenerar las playas como se ha hecho toda la vida, dragando el fondo del mar. Es probable que haya argumentos de peso desde el punto de vista ecológico. Pero hay que buscar alternativas. El daño ecológico también se hará a las playas. Y económico, porque sin duda perderán su atractivo para los visitantes, sin olvidarnos de los que vivimos aquí todo el año. Además, no se engañen, el motivo principal es el de siempre: el dinero. Es mucho más barato traer camiones de una cantera de Jerez que dragar el fondo del Atlántico.
El Ayuntamiento tiene aquí un problema de primer orden. Un código rojo político. Debe oponerse de forma tajante, cortar el puente cuando vengan los camiones si hace falta, pero impedir que se carguen la playa en dos tardes. Jamás se ha echado tierra de cantera en una playa de Cádiz y así debe seguir siendo. De momento su postura parece algo tibia, de cierto conformismo. Y este asunto exige firmeza. Sería muy grave que permitiera tal tropelía sin ni tan siquiera presentar batalla.