Koirala, el artífice del acuerdo de paz que puso fin a la guerra en Nepal

El ex primer ministro nepalí Girija Prasad Koirala, artífice del acuerdo de paz que puso fin al conflicto armado en el país, deja un importante vacío en el panorama político de Nepal, que tiene todavía pendientes varios retos, como la redacción de una Constitución, para completar el proceso de paz.

El ex jefe de Gobierno y presidente de la formación política más antigua del país, el Partido del Congreso Nepalí, ha fallecido a los 85 años de edad en el domicilio de su hija, la ministra de Asuntos Exteriores y vicepresidenta de Nepal, Sujata Koirala, a causa de una infección pulmonar. El histórico líder, que fue un fumador empedernido hasta 2006, sufría una enfermedad respiratoria crónica y en los últimos días su estado se había agravado considerablemente.

A pesar de que en la actualidad no ocupaba ningún cargo oficial, el papel clave de Koirala en el proceso de paz le valió el reconocimiento de los distintos partidos del arco parlamentario nepalí y de los líderes de los países del sur de Asia que hoy expresaron su pesar. "Era el guardián de la política nepalí. Su muerte es una pérdida irreparable para el país", ha asegurado el ministro de Suministros, Rajendra Mahato. Mientras, un portavoz del partido minoritario Rastriya Prajatantra, Pashupati Shumshere Rana, ha asegurado que el país perdía "el mayor árbol del paisaje político nepalí".

A las condolencias se ha sumado el primer ministro indio, Manmohan Singh, quien calificó a Koirala como "uno de los líderes de más altura de Nepal y de los hombres de estado más veteranos del sur de Asia" y añadió que fue "primero y por encima de todo un demócrata".

Astuto y autoritario

Nacido en una familia de terratenientes, Koirala asumió en cinco ocasiones la jefatura de Gobierno (1991-1994, 1998-1999 -encabezó dos Ejecutivos distintos-, 2000-2001 y 2006-2008). Político astuto, aunque acusado por sus rivales de autoritario, Koirala, nació en el estado indio septentrional de Bihar, donde su padre estaba exiliado, y se inició en el mundo de la política como líder sindical.

En 1960 el entonces jefe del Estado, el rey Mahendra, prohibió los partidos políticos en el país y varios líderes fueron encarcelados, entre ellos Koirala, quien estuvo en prisión desde 1961 hasta 1968, año en el que fue liberado e inició su lucha por la restauración de la democracia. Accedió por primera vez a la jefatura del Gobierno en 1991. Fue en ese momento cuando la guerrilla maoísta, entonces el tercer partido político del país, abandonó la vía parlamentaria ante la negativa de Koirala a escuchar a la oposición y optó por la lucha armada.

Tres años después, disolvió el Parlamento tras perder el apoyo de los miembros de su propio partido y convocó unas elecciones anticipadas, que perdió. Koirala volvió a convertirse en primer ministro en 1998 y de nuevo en 2000, aunque en esas ocasiones tan sólo duró un año en el cargo. En 2002, el malestar interno en el Partido del Congreso Nepalí culminó con la escisión de una facción liderada por Koirala, el Partido del Congreso Nepalí (Democrático).

Fin a diez años de guerra civil

El Parlamento se disolvió un año más tarde para la celebración de unas elecciones que no tuvieron lugar debido al auge de la insurgencia maoísta. Desde entonces, Koirala dedicó todos sus esfuerzos a restablecer el Parlamento de Nepal, abrió el camino para el proceso de paz en el país y consiguió atraer de nuevo a la guerrilla maoísta a la senda política.

En noviembre de 2006, los maoístas y el Gobierno sellaron un acuerdo de paz que puso fin a diez años de conflicto armado y que preveía la celebración de elecciones a una Asamblea Constituyente, que fueron celebradas en abril de 2008. Otros puntos clave del acuerdo de paz de 2006, que todavía no han sido resueltos, son la integración de los ex combatientes maoístas en las fuerzas armadas del país y la redacción de una nueva Carta Magna.

Koirala pasará a la historia como el líder nepalí que presidió la proclamación de la República, el 28 de mayo de 2008 y puso fin a 240 años de monarquía. Poco después, presentó su dimisión para que se formara el nuevo Gobierno salido de las elecciones a la Asamblea Constituyente de abril. Desde entonces, continuó al frente de su formación, que hoy ha quedado huérfana tras la pérdida de su líder más emblemático.