Castro se ensaña con la protesta pacífica
La tercera marcha de las Damas de Blanco en apoyo de los disidentes encarcelados es desbaratada a golpes por la Policía cubana
LA HABANA. Actualizado: GuardarLa tercera marcha de protesta de las Damas de Blanco por La Habana fue reventada ayer por simpatizantes del Gobierno de Raúl Castro que denunciaron la «provocación» de la treintena de mujeres que reivindican la liberación de 53 familiares encarcelados por su disidencia con el régimen. A pesar de su resistencia pacífica, policías uniformados y de paisano las introdujeron por la fuerza en dos autobuses y las trasladaron hasta la casa de Laura Pollán, esposa del opositor Héctor Maseda y una de las portavoces del colectivo.
Con motivo de cumplirse siete años de las condenas del conocido grupo de los 75 disidentes, las Damas han organizado actividades de denuncia y protesta durante toda la semana, concretadas en marchas hasta las iglesias de todos los distritos de la capital. Ayer tocaba el recorrido que finalizaba en el templo de Santa Bárbara de Párraga, un populoso barrio del sudoeste habanero. Después pretendían dirigirse hasta el domicilio de Orlando Fundora, uno de los excarcelados por motivos de salud, y que lleva a cabo una huelga de hambre en homenaje a Orlando Zapata, muerto el 23 de febrero tras 83 días de ayuno.
Pero unas trescientas personas afectas al Gobierno lo impidieron. «A la fuerza hay que montarlas, es lo que se merecen, esto es una provocación», clamaba Margarita Rodríguez, ama de casa que participó en la contramanifestación. Berta Soler, esposa del ex militar y opositor Ángel Moya -presidente del Movimiento por la Democracia y la Libertad de Cuba y condenado a veinte años-, comentó a este diario que «el Gobierno está subiendo la parada».
«No nos dejaron seguir. Aunque llovía, estuvimos casi dos horas dando vueltas hasta que nos metieron, arrastrándonos y entre empujones y golpes, porque nos resistíamos, en los autobuses. Nos trajeron hasta casa de Laura», agregó Soler. La mujer criticó que algunos de los procastristas les hicieron gestos obscenos y denunció que en el tumulto algunas habían recibido tirones de pelo y arañazos. «La fiera está acorralada y por eso reacciona con tanta fuerza. Pero nosotras vamos a continuar en las calles. Si quieren nos pueden matar, si no que saquen a nuestros hombres», declaró.
«Abajo la gusanera»
Las Damas suelen transitar sin contratiempos por las calles de La Habana mientras no griten «libertad» o consignas a favor de la salida de los presos. Así sucedió el lunes con primera marcha. En cambio, el martes, poco después de que reclamaran frente a la Unión de Periodistas la excarcelación de sus familiares, unos 150 simpatizantes del régimen las acorralaron a gritos de «la calle es de Fidel» y «abajo la gusanera», término con el que califican al exilio anticastrista de Miami.
La de ayer fue la segunda vez que el Gobierno comunista revienta a una procesión de las Damas de Blanco. La anterior se produjo el 21 de abril de 2008 cuando también las arrastraron hasta los autobuses para disolver un 'plantón' en un parque aledaño a la emblemática plaza de la Revolución.
El régimen cubano no reconoce la existencia de presos de conciencia ni de opositores, a quienes acusa de ser «mercenarios» a sueldo de Estados Unidos y cuyo objetivo es desestabilizar el sistema. Entre ellos se encuentra Guillermo Fariñas, que desde hace veintitrés días permanece en huelga de hambre y sed. Ex militar, psicólogo y periodista independiente, el disidente ya ha sufrido dos colapsos y desde la semana pasada está en la sala de cuidados intensivos del hospital de Santa Clara, donde recibe suero y alimentación por vía intravenosa. Según su familia se encuentra «estable», pero teme que se produzca un fallo multiorgánico a causa del deterioro originado por otras veintidós huelgas que ha llevado a cabo a lo largo de su vida.