Juan Ramón Quintás, ayer, en Sevilla, tras la reunión del órgano de gobierno de la CECA. :: EFE
Economia

El presidente de las cajas de ahorro dimite en plena bronca por su sucesión

Juan Ramón Quintás no logra que prospere su propuesta de un sucesor de consenso y anticipa dos meses su salida del cargo

SEVILLA / MADRID. Actualizado: Guardar
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La grave fractura abierta en la Confederación de cajas de ahorro por la sucesión de Juan Manuel Quintás se ha saldado con la dimisión del presidente, que anticipa una salida que hubiera debido producirse en mayo. Un tormentoso consejo de la CECA celebrado en Sevilla puso de manifiesto que el dirigente saliente no gozaba de la confianza necesaria para promover una política de continuidad.

Quintás se marcha carente de apoyos, porque algunas voces reclamaron que en su ausencia se podría decidir el relevo con mayor independencia, y nadie se pronunció en contra de esta opinión.

En este periodo de interinidad, el director general José Antonio Olabarrieta garantiza la marcha del día a día de la patronal de las entidades de ahorro, en tanto al primer vicepresidente, responsable a su vez de La Caix, corresponde hacerse cargo de las funciones institucionales.

De cara al nuevo mandato, al menos dos aspirantes van a disputar el liderazgo de la Confederación, en pleno proceso de fusiones y ante la reforma que se avecina, destinada a que unas entidades privadas de accionistas puedan captar capital y mejorar su solvencia. Amado Franco, presidente de Ibercaja, e Isidro Fainé, el primer ejecutivo de La Caixa, se postulan para el puesto.

Y no se descarta que otros candidatos como Braulio Medel, presidente de la malagueña Unicaja, puedan engrosar la lista antes de la decisiva cita del 20 de abril en Madrid.

Juan Ramón Quintás había dedicado largo tiempo a preparar cuidadosamente la sucesión. Su mandato arrancó en 2002 y se había propuesto garantizar la continuidad con un relevo de consenso, para lo que realizó una ronda de consultas entre cajas de ahorro. Pero su candidato, Amado Franco, no resultaba idóneo para el Gobierno, poco dispuesto a que la 'patronal' de un segmento que constituye la mitad del sistema financiero quede bajo la dirección de quien fue designado, en su día, sucesor del ahora ex diputado popular Manuel Pizarro.

En la agenda del Ejecutivo figuran una serie de cambios, que abarcan desde una mini-reforma de las cajas -con flexibilización de las cuotas participativas, que ahora tienen severas limitaciones- hasta la posibilidad de la introducción de derechos políticos para los compradores de estos títulos, algo que los agentes sociales y fuerzas políticas ven con recelo, por temor a una desnaturalización del espíritu de estas entidades.

Frente a la propuesta de Quintás, a última hora se iniciaron los contactos para postular a Fainé, conversaciones que tropezaron con la resistencia del protagonista. La Caixa tiene una gran dimensión y muchos frentes abiertos. Entre ellos, su política de internacionalización, que le ha permitido quedar al margen del proceso de integración de las cajas de ahorro catalanas. Fuentes del sector dan cuenta de que también el presidente de Unicaja, Braulio Medel, había medido sus fuerzas.

Una y otra opción se saltan los postulados no escritos en la dirección del sector: que la presidencia de la CECA no debe desempeñarla el dirigente de una gran entidad ni el de una caja de pequeño tamaño. Y con la crisis, también se abrió camino la idea de dejar al margen a los directivos de instituciones inmersas en procesos de integración.

Al consejo de Sevilla llegaron los dirigentes de las cajas con las opiniones fuertemente divididas. Fuentes conocedoras del desarrollo del consejo informaron de que el debate fue tan agrio que Juan Ramón Quintás puso sobre la mesa la dimisión anticipada. No encontró oposición a este anuncio, e incluso hubo quien le pidió que despejara el camino a un relevo 'independiente'. Por eso, horas más tarde daba carácter oficial a su dimisión.

De cara al exterior quiso suavizar la imagen de las tensiones. El presidente de CECA se esforzaba por transmitir una imagen de tranquilidad y de unidad interna, y tras anunciar que la elección de su sustituto se aplazaba a una nueva reunión monográfica el próximo 20 de abril en Madrid, llegaba incluso a asegurar que el de ayer había sido uno de los consejos de administración «de los que más satisfecho» había salido.

Quintás comparecía con hora y media de retraso sobre el horario previsto. Bastante tiempo antes había abandonado el recinto el vicepresidente de la confederación y primer dirigente de Caja Madrid, Rodrigo Rato. Escoltado por el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, y el director general de la CECA, José Antonio Olabarrieta, justificaba el retraso tras tres horas de reunión en el extenso orden del día y en que la deliberación «y en su caso la elección» del nuevo presidente ocupaba el último punto de 25.