Messi supera a la nada
Liderados por un Messi pletórico, los azulgrana se meriendan a un Stuttgart dulce y salvan el honor de la Liga española en la 'Champions
Actualizado:El Barça salvó el honor de la Liga española en el escaparate continental. Desfiló con elegancia, personalidad y destreza ante un Stuttgart que se sumó a la fiesta con una puesta de escena muy amistosa, impropia de la ruda escuela alemana. Ni siquiera del octavo clasificado en la Bundesliga se puede esperar tan poca resistencia.
Los catalanes se merendaron en un periquete a los acongojados teutones. Entraron a la perfección en el partido, no como en la capital de Baden-Wurtemberg, y hallaron facilidades impropias en un cruce de la gran competición europea.
A los dos minutos, Henry ya avisó con un remate que desvió Lehmann, un cuarentón inmaduro, capaz de lo mejor y de lo peor. Y a los trece, Messi agarró un balón entre líneas, se internó y se sacó un zurdazo letal. Tenía alemanes delante pero sólo mirándole, quizá también dispuestos a aplaudirle. Habían arrancado con la intención de presionar arriba, pero temblaron al comprobar que si el Barça superaba esa dificultad podría plantarse en el área como Pedro por su casa. Pedro o Pedrito, que culminó a puerta vacía una acción soberbia, de tiralíneas, entre Messi y Touré.
Una jugada que demostró lo que es el Barça enchufado, un equipo con tanta movilidad que hasta el 'stopper' marfileño aparece de extremo derecho. Tan pronto juegan con un 4-3-3, dibujado en la pizarra de la UEFA, como con un 4-4-2 en el que Messi y Henry ejercen de puntas y Pedro e Iniesta apoyan más al centro del campo.
Este último dibujo es el que parece convencer más a Guardiola en los últimos tiempos. Y más si falta un director de juego con tanta jerarquía como Xavi. Pero con un sistema u otro, de medio campo hacia adelante todos deben intercambiar sus posiciones.
Con 2-0 mediada la primera parte, el Barça jugó a placer, con el Stuttgart rendido a sus pies. Convirtió la eliminatoria en el clásico rondo sencillo, imposible en equipos incapaces de gobernar los partidos en tiempo y forma. Sin despistes pero sin sobreesfuerzos que pasan factura. Messi cerró su gran noche a falta de media hora, tras recibir un taconazo de Alves, revolverse en la media luna del área y sorprender a Lehamnn con un toquecito envenenado con su zurda mágica. Fiesta en el Camp Nou, minutos intrascendentes para Ibrahimovic tras lastimarse Busquets y aplausos de reconciliación con Henry. Todo estudiado. ¿También que Bojan marcase nada más entrar? Sería demasiado.