«Soy indio y mi madre es judía, pero eso no condiciona mi arte»
Anish Kapoor ArtistaEl creador ve con el paso del tiempo los errores y aciertos de sus obras y trata de aprender de unos y de otros
BILBAO. Actualizado: GuardarAnish Kapoor no considera que la exposición del Guggenheim es un repaso a su trayectoria sino una selección de sus obras, a las que ahora ve con fallos y aciertos, de los que intenta aprender. «Sí, no todo es bueno al cien por cien. El deber del artista, y yo creo que de todos, es ser muy crítico con su trabajo, con su carrera, con su proyecto. Ahora, cuando algo es bueno tienes que saber también por qué lo es.», comenta el artista
-Algunas de sus esculturas parecen salir del suelo.
-La escultura clásica se eleva sobre unas peanas hechas ex profeso, mientras que la moderna precisamente acaba con esa elevación, sobre todo a partir de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Lo que yo he tratado de sugerir es que la obra escultórica como un iceberg, con una parte visible por encima de la tierra, y otra invisible por debajo de ella. Ésta es la que tiene que imaginar el espectador, la que está ausente.
-¿Por qué eligió la escultura? ¿Por su pujanza en el arte en las últimas décadas?
-No, no tanto por eso como porque creo que los mayores avances en el arte, durante los últimos cien años, se han dado en la escultura Desde Rodin a David Smith, y desde Smith a Joseph Beuys, Richard Serra y Donald Judd, los grandes desafíos artísticos se han producido en el campo escultórico. La pintura siempre es ilusión, mientras que la escultura es real, física, y eso, curiosamente, la ha hecho avanzar.
-Indio de nacimiento, de madre iraquí y religión judía, asentado desde hace muchos años en el Reino Unido. ¿Explica algo de esto su obra?
-Sí, yo nací en India, y voy cada año allá y mi madre es judía. Pero esos son hechos de mi vida, que no condicionan ni explican mi obra. Yo no hago arte indio, aunque lo considero maravilloso. Para mí, es una historia demasiado pequeña. Como artista, tengo que ir más allá, no debo cargar con ese equipaje siempre y todo momento. Desde que comencé hace 30 años me han intentado colgar la etiqueta de 'artista étnico' y yo siempre me la he quitado.
-¿Es verdad que cuando empezó pensaban que su nombre era de mujer?
-Sí, fue divertido. Y me proporcionó una especie de personaje con el que pude experimentar en mi estudio.
-¿Qué piensa cuando ve sus esculturas reproducidas miles de veces en folletos, en catálogos, en Internet?
-Los artistas tenemos una habilidad especial para quedarnos dentro de nosotros mismos, para distanciarnos, si queremos, de lo que pasa fuera. Así que cuando veo mis obras reproducidas siento que se trata de una traducción, de una traducción de algo que corresponde a mi intimidad.
-El artista debe ser leal a sí mismo.
-Completamente. Todos debemos serlo. ¿No le parece?