La 'narcoviolencia' mexicana alcanza a EE UU
Obama condena el asesinato en Ciudad Juárez de dos compatriotas y el marido de otra, todos vinculados al Consulado
NUEVA YORK.Actualizado:El Gobierno de Barack Obama elevó ayer la voz para condenar el asesinato el fin de semana de tres compatriotas vinculados al Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, centro neurálgico de una imparable cascada de violencia que ensangrienta desde hace tiempo México. Tan sólo en las últimas 48 horas, medios del país azteca estiman que se han producido no menos de 150 muertes a manos de la 'narcoviolencia' aunque las cifras reales suelen ser siempre más elevadas dada la mordaza impuesta a la prensa por el actual estado de terror. El inquilino de la Casa Blanca, aliado incondicional del presidente Felipe Calderón en su lucha contra los poderosos cárteles de la droga, expresó su «indignación» por los hechos y ordenó el cierre de la delegación consular en esta localidad fronteriza de 1,3 millones de habitantes por lo menos hasta mañana.
Una tras otra, las acciones de la presidencia estadounidense se sucedieron con rapidez durante la jornada de ayer. En una medida que sólo se ha adoptado en casos extremos, el presidente despachó a la zona a un equipo del FBI para sumarse a la investigación abierta por de la Policía del país sureño que cuenta con pistas sólidas para culpar de los asesinatos a clan de Los Aztecas, grupo vinculado al cartel de Juárez. «Agentes federales de EE UU han llegado para colaborar», precisaron en este sentido fuentes de la Fiscalía del norteño estado de Chihuahua. Mientras, el Departamento de Estado emitía una nueva alerta para los estadounidenses que viven o visitan México, y confirmó que los familiares de los empleados de seis de sus nueve consulados en la frontera han recibido autorización para abandonar territorio azteca hasta el próximo 12 de abril.
Los asesinatos de los ciudadanos vinculados con la representación de EE UU se sucedieron la tarde del pasado sábado con una hora de diferencia y con la acostumbrada frialdad. En el primer caso, un comando mató a tiros a un joven matrimonio formado por Leslie Enríquez, funcionaria de la legación, y a su esposo, Arthur H. Redelfs, también estadounidense y empleado de prisiones en la fronteriza ciudad texana de El Paso, cuando se desplazaban en su coche por Ciudad Juárez. Su pequeña hija, de tres meses de edad, fue rescatada ilesa del asiento trasero. Poco antes había sido asesinado en circunstancias similares Alberto Salcido, de 37 años, marido de otra empleada de la sede consular en la misma localidad que no fue identificada por motivos de seguridad.
Colaboración con Calderón
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, tuvo palabras de consuelo y solidaridad para las familias y seres queridos de las víctimas -«la seguridad de nuestro personal y sus familias en México y en todo el mundo es siempre nuestra más alta prioridad»-, al tiempo que reiteró el compromiso del Gobierno Barack Obama para seguir trabajando con el presidente Felipe Calderón para debilitar a las organizaciones delictivas.
El propio mandatario mexicano viaja hoy a Ciudad Juárez en una gira ya programada y que coincide con el aumento de tensión que se vive en la zona. Consciente de las repercusiones de los últimos asesinatos, el mandatario conservador reiteró el compromiso de su gobierno de «garantizar la integridad de todas las personas, no sólo de los trabajadores diplomáticos y sus familias, sino la de todos los mexicanos y de toda persona que visite nuestro país». Al mismo tiempo, Calderón expresó «su más sentido pésame» a las familias de las víctimas y su compromiso con el esclarecimiento de estos «graves crímenes».
En medio de ese escenario, los responsables políticos mexicanos han recurrido al Ejército -una medida contestada por algunos sectores- para garantizar la seguridad de la población y de las decenas de miles de visitantes que llenan las instalaciones hoteleras de la ciudades aztecas con motivo de un largo puente festivo.