Peña lópez conversa con uno de los técnicos durante un momento del derbi en el que fue agredido este pasado domingo. :: LA VOZ
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«En el bar había más whiski que café»

Antonio Peña López fue víctima este fin de semana de un episodio más de violencia en el fútbol; El delegado provincial de los árbitros denuncia la agresión de un colegiado jerezano en Vejer

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Cuando parecía que la violencia había dado un respiro a las categorías más humildes del fútbol provincial, un colegiado jerezano sufrió este pasado fin de semana una nueva agresión, en esta ocasión, por parte de un aficionado. Antonio Peña López, árbitro jerezano de apenas 20 años, sufrió este domingo su segunda agresión en poco más de un año en su corta carrera como trencilla. Tras el pitido final del derbi local entre el Vejer Balompié y el CF Español de Vejer, de Primera Provincial, un aficionado del equipo local entró en el terreno de juego y asestó un puñetazo al árbitro. Poco antes, Peña López tuvo que intervenir para evitar una tangana entre los dos equipos, producto de un penalti que el trencilla pitó a favor del equipo visitante. Peña López incluso consultó con los agentes de la Guardia Civil la posibilidad de reanudar el encuentro con seguridad y, a pesar de la zona acordonada, el agresor, quien fue detenido poco después por la Guardia Civil y hoy será juzgado en Barbate, llegó hasta el colegiado y le golpeó, dejándole un fuerte dolor en la zona costal. De hecho, Peña López ayer tuvo que dirigirse al Hospital de Jerez para hacerse unas radiografías que hoy serán pruebas en un juicio rápido «que seguramente dejará sin castigo a este agresor», denuncia Juan Antonio Álvarez, delegado del Comité Provincial de Árbitros.

Segunda agresión

Da la casualidad que en enero de 2009, este mismo colegiado fue víctima de una nueva agresión. El jerezano arbitraba un encuentro de categoría infantil entre el Pago San José y el Nueva Jarilla y al concluir el encuentro sufrió un puñetazo por parte del padre de un jugador. Un nuevo episodio de violencia que llevó a la huelga a un colectivo castigado últimamente. De hecho, ya son ocho los árbitros agredidos en lo que llevamos de temporada, el primero de Jerez. Juan Antonio, delegado provincial, denunciaba ayer la situación por la que pasa esta profesión: «La verdad es que estamos que no paramos. La semana pasada un árbitro de Cádiz fue agredido y la situación sigue igual». El delegado comenta de esta última agresión que «ya sabíamos que iba a ser un derbi complicado, pero confiamos en ese colegiado y por eso le designamos el encuentro». Álvarez recuerda que el encuentro «contaba con las medidas de seguridad suficientes, porque ya avisamos a la Guardia Civil del riesgo en este tipo de partidos», aunque no se calla a la hora de denunciar posibles irregularidades: Estamos hartos de decir lo mismo, que en este tipo de partidos se vende mucho alcohol y en la cantina del estadio había más botellas de ron y whiski que café. Eso es lo que no se puede permitir».

Además, Álvarez comenta que la falta de seguridad en este tipo de campos «brilla por su ausencia. En un encuentro entre Guadalcacín y Nueva Jarilla la Guardia Civil no llegó hasta el final, y era un duelo de máxima rivalidad». En esta ocasión, la agresión sufrida por Peña López fue «un acto aislado, ya que nadie puede evitar que un desalmado evite a la Guardia Civil y agreda a otra persona», comenta Juan Núñez, delegado del Comité en Jerez. Eso sí, Núñez no oculta que lo sucedido es «bochornoso», ya que «el encuentro ya estaba acabado», aunque destaca que «ya sabíamos cómo son estos partidos».

«La culpa es del árbitro»

Y es que la rivalidad en Vejer viene de lejos. Manuel Guerrero es el presidente del Vejer Balompié y recuerda que hace cuatro décadas «aficionados ya golpearon a un Guardia Civil con un transistor», durante uno de los derbis. Sorprendentemente, Guerrero culpa de la agresión al propio árbitro, ya que «parecía que no quería que el partido acabara sin que el Español marcara, pitando ese penalti y dando 10 minutos de descuento», denunciando que los aficionados de dicho equipo «estaban acobardando al árbitro».