![](/cadiz/prensa/noticias/201003/16/fotos/1918325.jpg)
El acusado de matar a Manu alega que lo apuñaló en legítima defensa
El abogado dice que la víctima atacó primero y que 'El Patas' respondió porque «tenía que mantener su dignidad y ser un hombre»
| CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl presidente del tribunal de la Audiencia Provincial advirtió a los familiares, durante el juicio, que se «dirían cosas muy duras, que no será agradable y si alguien no está preparado para soportarlo, será mejor que se marche». Sin embargo, los padres, las hermanas y los amigos de Manuel Romero, el joven sanluqueño muerto a puñaladas en 2007 en un botellón de Chipiona, no estaban dispuestos a retirarse. No después de dos años y medio esperando el día del juicio, después de formar una plataforma ciudadana para recoger firmas, e incluso, buscar testigos que pudiesen arrojar luz sobre lo sucedido aquella tarde del 5 de agosto de 2007 en el Pinar de Chipiona, donde Manuel (Manu) fue muerto de cinco puñaladas.
«A mi hijo no me lo van a devolver, pero voy a seguir luchando por él, eso no me lo podrán quitar», afirmaba minutos antes del juicio Beatriz, la madre del joven, vestida con una camiseta negra con el lema «Justicia para Manu». La consigna volvió a ser coreada ayer en las escaleras de entrada del Palacio de Justicia de la capital, donde amigos y familiares plantaron decenas de pancartas con fotos del joven fallecido de 22 años.
Desde su muerte, han acudido periódicamente con los mismos carteles al juzgado de Sanlúcar que instruyó el caso, donde han llegado a recibir con gritos a los tres procesados: Juan Manuel Ch. D, alias 'El Patas', que asestó las puñaladas; Inmaculada M. R, acusada de encubrimiento por arrojar el arma del crimen; y Juan B. J, alias 'El Orejas', que intervino en la agresión y que fue llegó a la Audiencia custodiado por policías antidisturbios, para evitar posibles linchamientos.
La rabia de los familiares, sin embargo, fue contenida por más que se oyeron las «duras» afirmaciones de las que advirtió el magistrado. La que creó mayor indignación fue el argumento defensor de El Patas, el joven vecino de Dos Hermanas que en los últimos años ha estado en prisión preventiva por este crimen. Fue él quien causó la muerte de Manu. No lo niega, pero se defendió ayer diciendo que lo hizo en legítima defensa, porque Manu -según su versión- le abofeteó supuestamente delante de un grupo de personas en el Pinar, provocándole. «¡Tenía que mantener su dignidad, tenía que ser un hombre!», vociferó el letrado para justificar la agresión.
Según el relato de la defensa, Manu y El Patas se conocieron en el Pinar chipionero, estuvieron bebiendo juntos y se hicieron bromas «sin maldad» acerca de una camisa de flores del fallecido. Pero las bromas pasaron a mayores y ambos comenzaron a discutir. La versión coincide hasta ahí con la del fiscal, pero mientras éste asegura que Manu rehuyó la pelea, el abogado de El Patas defiende que fue quien atacó primero. En contra de ambas versiones está la del abogado de la familia, que rechaza que Manu llegase a congeniar con el supuesto homicida y niega que le golpease, ni siquiera de broma. Según él, fueron El Patas y el Orejas quienes atosigaron al sanluqueño antes de agredirlo, debido a la camisa.
Alegatos fuera de tono
Aparte de la legítima defensa, el letrado de El Patas alegó que «estaba ebrio y había consumido bastante droga dura», por lo que «no era consciente de lo que hizo». Entonces pronunció otro de los comentarios «duros» del juicio, al sugerir que Manu «invitó» a su defendido a «consumir cocaína». «¡No pensaba decirlo, pero lo haré: el forense dice que Manu tomó alcohol, cocaína y MDMA!», espetó. «No siga por ese camino», le paró el presidente del tribunal, que había recriminado ya al abogado de la familia por llamar a los acusados «garbanzos negros».
El juicio, de hecho, estuvo marcado por los alegatos vociferantes y afectados de los abogados, quizá con la intención de impresionar a los miembros del jurado, que deben decidir si los tres jóvenes son culpables y si el crimen fue un homicidio (como asegura el fiscal) o un asesinato (como pretende la acusación). El matiz eleva las penas de prisión hasta 10 años: el fiscal pide 14 años de cárcel para El Patas, y la familia exige 25 años. También difieren las calificaciones de los otros dos jóvenes: el fiscal acusa al Orejas de una falta de lesiones por dar una patada a Manu, por lo que no iría a la cárcel, mientras la acusación le lo cree cómplice del asesinato y pide 20 años de cárcel. Inmaculada, por su parte, se enfrenta a penas de entre uno y tres años de prisión.