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MUNDO

Pánico en Georgia por una falsa invasión rusa emitida por un canal de televisión

RAFAEL M. MAÑUECO
MOSCÚ.Actualizado:

Ocho de la tarde del sábado en Georgia. Comienza el informativo del canal de televisión progubernamental Imedi. Se advierte de que lo que van a ver en adelante los telespectadores es una emulación de «cómo podrían desarrollarse los acontecimientos» en el país del sur caucásico.

El aviso pasa desapercibido para casi todo el mundo. A continuación, el presentador informa de que Eduard Kokoiti, el presidente de Osetia del Sur, territorio georgiano independizado y en donde comenzó la guerra que condujo a la ocupación del país por parte de las tropas rusas en agosto de 2008, ha sido víctima de un atentado.

Durante media hora, Imedi escupe información como una ametralladora. Se dice que la respuesta de Moscú a la supuesta muerte de Kokoiti es una nueva intervención armada. Tanques rusos empiezan a atravesar la frontera con Georgia. En pantalla se muestran imágenes de archivo de la contienda de 2008.

Después se asegura que los puertos y aeropuertos georgianos están siendo bombardeados, el presidente, Mijaíl Saakashvili; ha sido asesinado y los combates se libran ya muy cerca de Tiflis, la capital. Se asevera que algunos destacamentos del Ejército georgiano se han pasado al enemigo y se ha formado un Gobierno colaboracionista dirigido por la ex presidenta del Parlamento Nino Burdzhanadze. Georgia, invadida otra vez por destacamentos rusos, se encuentra prácticamente en situación de guerra civil.

Se disparan las llamadas telefónicas, las líneas se colapsan, los servicios médicos no dan abasto: desmayos, ataques de histeria e incluso infartos. Según un diputado georgiano, una mujer, cuyo hijo cumplía el servicio militar, murió por un paro cardiaco.

Evacuaciones

Los habitantes de las zonas colindantes con Osetia del Sur y Abjasia comenzaron a abandonar sus casas y a evacuar la zona. El reportaje difundido por Imedi causó confusión en Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur. Mientras, la agencia rusa Interfax daba la noticia como urgente y la radio Eco de Moscú interrumpía su programación habitual para emitir un boletín sobre la supuesta crisis en Georgia. Al final, Imedi reiteró que todo fue una ficción y pidió disculpas. Gueorgui Arveladze, director del grupo propietario del canal, declaró que la intención del programa era «advertir de que existe tal amenaza» y de que se debía «estar unidos ante ella».