La derrota deja al Puerto Real en tierra de nadie

El Puerto Real quedó varado en la tabla clasificatoria al encajar ayer una derrota ante un Pozoblanco que no quiere perder comba con los puestos de liguilla. Las aspiraciones de cualquier senda victoriosa en la recta final de Liga en pos de alcanzar el cuarteto de cabeza quedó truncado al perder con el Pozoblanco y quedar situado ahora mismo en tierra de nadie, con 11 puntos de distancia entre el cuarto -liguilla- y el antepenúltimo clasificado -descenso-.

El choque de ayer fue malo. Y malo porque los dos equipos ofrecieron poco, aunque quizás el visitante evidenció algo más de calidad. Pero salvo los dos goles del primer periodo el público se dedicó a sacarle más 'partido' al sol en la grada de preferencia.

El primer aviso lo daría Fran con un centro cerrado pero sin complicaciones para el meta Díaz. En cambio, la primera acción del rival fue letal. Una internada de Bermúdez con centro medido sobre José Manuel fue resuelta con la testa de éste, que servía para adelantar así al equipo de un incesante y cansino Rafa Carrasco en el banquillo pozoalbense.

Poco le duró la alegría a éste, dado que en una falta botada por Pato con desajuste defensivo sacaría tajada Rafa Caro, que situado en boca de gol remachaba el tanto de la igualada.

A partir de ahí, más aburrimiento, ya que el Pozoblanco contemporizaba el juego y el Puerto Real no sabía dar tres pases con el balón en el suelo, y abusaba del patadón sin ton ni son.

En las postrimerías, los pozoalbenses tuvieron un par de ocasiones por medio de Jorge García, pero en ambas blocaría bien Alonso.

Más ambición

En la segunda mitad, los derroteros variaron poco. Parecía que ambos iban a dar por bueno el reparto de puntos, ya que ninguno se atrevía con descaro poner coto al portal contrario.

Lo más significativo fue un tremendo latigazo desde 30 metros de Jorge García que se estrelló con virulencia en el travesaño de la meta verdiblanca, poniendo el susto en la grada. Cuestión que se tradujo en mazazo en el minuto 85, cuando una falta lateral botada por Jorge García y rematada por Hugo Díaz era desviada por un defensor portorrealeño sin que Alonso pudiera evitar el gol, que a la postre serviría para situar al Pozoblanco al filo de los puestos de liguilla y frenar la racha de victorias del Puerto Real en casa.