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Berlusconi se queda fuera de las elecciones regionales de Roma
La oposición reúne a 200.000 personas «a favor de la ley y contra los trucos» de 'Il Cavaliere'
ROMA. Actualizado: GuardarLas papeletas del PDL, el partido del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no estarán ante las urnas de Roma y provincia en las elecciones regionales del Lazio de los próximos 28 y 29, que se celebran también en otras doce regiones. Y esta vez parece definitivo, aunque este término en Italia es arriesgado. El Consejo de Estado respondió así ayer al último recurso posible a la asombrosa exclusión del PDL de los comicios, tras dos semanas de culebrón que, probablemente, sea erróneo considerar terminado.
Gracias al sistema electoral italiano, donde hay listas cívicas paralelas que apoyan a candidatos de un partido, los romanos podrán votar a la aspirante del PDL al Gobierno del Lazio, Renata Polverini, pero la formación en sí no obtendrá representantes. La incógnita es ver cómo influirá lo ocurrido en unas elecciones que afectan a casi todo el país y Berlusconi había planteado como un test nacional y un enfrentamiento entre «el bien y el mal». Siendo el bien él mismo, por si no está claro.
Todo comenzó cuando el delegado del PDL llegó fuera de plazo a registrar su formación en Roma. Según dijo, tras contradecirse, había salido a comer un bocadillo. La chapuza no se ha aclarado, porque se sospecha que, en realidad, salió para dar esquinazo a su compañero y cambiar a última hora algunos nombres de la listas, en el clásico escenario de luchas internas. El PDL también quedó fuera en Lombardía, la región de Milán, por un problema de las firmas exigidas.
Estas escenas bananeras causaron chanza en la oposición, indignación en el PDL y sus aliados, y el habitual sentimiento general de vergüenza amortiguada por la costumbre. Pero enseguida Berlusconi tomó las riendas. Recurrió a la teoría de la conspiración y culpó de la exclusión de su partido a la oposición, al que le impidieron el paso para registrar el partido.