Rajoy califica de «broma» y «chapuza» al acuerdo anticrisis
Pone el pacto de gobierno de Euskadi como muestra de su predisposición a tender la mano en temas «serios»
SAN SEBASTIÁN. Actualizado: GuardarUn año después de ponerse en marcha, el acuerdo entre PSOE y PP para dar estabilidad al Gobierno del socialista Patxi López en el País Vasco se ha convertido en un argumento útil para Mariano Rajoy. El presidente del partido opositor aprovechó la celebración de este primer aniversario para desmentir que su formación carezca de vocación pactista y para echar sobre los lomos de José Luis Rodríguez Zapatero la responsabilidad de que aún no se haya alcanzado una alianza contra la crisis económica. Frente al entendimiento en el País Vasco, contrapuso las «chapuzas» y los pactos de «broma» que propuso y aspira a cerrar el Ejecutivo. «Disparates sin contenido -señaló- para eludir sus responsabilidades».
Inmerso en su campaña contra la subida del IVA que entrará en vigor el próximo julio, Rajoy acusó al presidente del Gobierno de llevar años sumido en el despropósito a la hora de tomar decisiones económicas y de haber puesto ahora encima de la mesa algo a lo que llama oferta de pacto pero que sólo es «propaganda». Entre las iniciativas que ofrece el Gobierno se encuentran algunas que ya propuso en su día el PP y que volverá a apoyar, pero el dirigente opositor insistió en que nada de lo planteado va «al fondo del asunto».
Rajoy se esmeró así en justificar su postura y en contrarrestar el mensaje del PSOE, que le describe como el líder del 'no a todo', en un escenario propicio. «El PP vasco afirma que hay un pacto que está vigente y que es estable a pesar de los acuerdos de Zapatero con el PNV, que constituyen la mayor amenaza para el cambio», defendió. Es la mejor prueba, según su discurso, de que cuando lo que se propone es algo «serio» los suyos no miran para otro lado.
«Se trata -insistió- de un pacto para combatir a ETA derrotando sus pretensiones en todos los ámbitos, un pacto de apoyo y reconocimiento a las víctimas del terrorismo, que elimina los símbolos etarras en los espacios públicos, que elimina partidas presupuestarias para presos de ETA, que apoya a las empresas y a las personas amenazadas». En el extremo contrario situó, en cambio, el apoyo de los nacionalistas vascos al Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales para 2010.
A ese entendimiento lo llamó «pacto de enjuague», porque con ello el PNV obtuvo el compromiso de que no se transferirían sin su visto bueno las competencias de las políticas activas de empleo y logró los votos que necesitaba para poder subir dos puntos el IVA máximo y uno el reducido. Ni el PP, ni CiU, ni las fuerzas de izquierdas apoyan esta medida fiscal. Los populares además criticaron la subida del 17% del gasto público contenida en las cuentas del Estado «que ahora quieren modificar porque les han dicho en Europa que es un disparate».