Un cartel anuncia los préstamos hipotecarios, en el aeropuerto de Loiu. :: MITXEL ATRIO
Economia

La deuda de todos

La desconfianza y falta de credibilidad por parte de los mercados engordan la factura de los intereses La crisis ha disparado el déficit público y ha recortado los débitos de las famlias y empresas

MADRID. Actualizado: Guardar
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El presidente del BBVA, Francisco González, clama por preservar la credibilidad de España ante unos mercados a los que, hace pocos días, atacó con dureza el Jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, acusándoles de poner en dificultades a los mismos gobiernos que les rescataron de la debacle. Más aún, la Comisión Europea estudia prohibir ciertos productos financieros protagonistas de la ofensiva contra el euro desencadenada con el pretexto de la debilidad de Grecia. Detrás de todas estas actuaciones está, naturalmente, el dinero, y más concretamente el que permite financiar la actividad. En otras palabras, la deuda y su precio.

Los países, las administraciones, empresas, familias y hasta los propios bancos piden dinero para los gastos del día a día o para invertir. El dinero prestado genera intereses más elevados en la medida en que exista mayor riesgo de impago. Las agencias de calificación -desprestigiadas por su incapacidad de anticipar las crisis- evalúan esa posibilidad para los grandes demandantes y ponen 'nota' a los bonos que respaldan los importes prestados. Y en los mercados, finalmente, donde se negocian los títulos de deuda, los especuladores han hallado una oportunidad de negocio apostando contra los más débiles.

Rápido crecimiento

La deuda de España

El Estado cerró 2009 con 470.000 millones de deuda, un 14% más, equivalente al 55,2% del PIB. Hay que devolverla en un cómodo plazo medio de 6,5 años -antes del euro, la media eran 3,5 años- lo que no supone un problema. Tampoco es grave el nivel alcanzado, veinte puntos por debajo del 78% de promedio de la zona euro. El peligro es que seguirá creciendo y deprisa: el Gobierno prevé que escalará el 74,3% del PIB en 2013 y los expertos creen que se queda corto en su proyección. Es preciso sumarle, además, la deuda de los territorios. Los débitos de las autonomías se dispararon el año pasado un 25,8% -para encontrar un incremento parecido hay que remontarse a 1995- y a los 86.280 millones que adeudan hay que añadir 15.416 de obligaciones contraídas por 'empresas' autonómicas y otros 34.594 millones, un 10% más, de los ayuntamientos.

Franceses y chinos

Principales acreedores

Los mayores financiadores España, propietarios de su deuda soberana, son en este momento franceses y chinos. De los 202.500 millones que al cierre de 2009 había en manos extranjeras, casi un 45% del total, inversores del país vecino eran propietarios del 25% y los chinos atesoraban el 18%. Incluso belgas, holandeses y luxemburgueses, con el 15%, habían relegado a los en otro tiempo poderosos alemanes, que ahora se limitan al 7%. La crisis ha introducido cambios en los mercados de deuda y en los tipos de propietarios. La cuota extranjera de deuda española se reparte entre un 33% de bancos centrales, un 28% de familias y empresas y el otro 32% entre fondos de inversión y bancos.

El oficial, en mínimos

Precio del dinero

El coste del dinero lo marca, en primera instancia, el Banco Central Europeo, que ahora mantiene el tipo de interés de referencia en el 1%. Los mercados determinan el precio de los préstamos a través del Euribor o coste del dinero en el interbancario, donde los bancos se prestan unos a otros. La financiación de las empresas se establece tomando el Euríbor a tres, seis meses o un año. El Euríbor a un año es el más familiar, porque es el utilizado en las hipotecas. Aquí surge el primer gran riesgo. ¿Qué ocurrirá con la deuda de familias y empresas cuando llegue la reactivación y el dinero vuelva a encarecerse?

Alemania es la referencia

Coste de la deuda

Administraciones y empresas acuden directamente al mercado con sus emisiones, y hay otros componentes decisivos del coste que han de pagar a la hora de captar recursos. Los países europeos se comparan con Alemania, y miden el diferencial entre el bono germano a diez años y sus títulos. Cuando España presumía de superávit presupuestario, la distancia se acortó a mínimos. En los últimos meses, la desconfianza disparó ese diferencial hasta un punto porcentual o 100 básicos -demasiado para dos países con moneda común- y ahora ha bajado a 68 puntos básicos.

La cobertura, un peligro

Riesgo de impago

Los prestamistas tienen también en cuenta la probabilidad de no recuperar su dinero y contratan productos para protegerse de eventuales impagos. Son los CD -otro termómetro de la confianza internacional-, productos financieros derivados que funcionan como seguros y que los compradores de deuda adquieren. Pero en la crisis griega se ha detectado el uso de los CD para agravar la situación del país. Sin necesidad de poseer los títulos, muchos 'inversores' apostaron con fuerza por una gran caída del valor de la deuda soberana de Grecia, la hundieron e inestabilizaron la cotización del euro.

Europa le hace frente

Especulación

Los países del euro reaccionaron con rapidez. La canciller alemana, Angela Merkel, lleva la iniciativa y se habla de prohibir la operatoria con CD sobre la deuda de los Estados. Parece seguro que se impedirán las actuaciones 'en descubierto', es decir, las apuestas bajistas que se llevan a cabo sin desembolso previo.

Controvertidas, pero necesarias

Agencias de calificación

Tienen mala fama, pero siguen formando opinión y sirviendo de soporte a las decisiones de los inversores, que exigen más rentabilidad cuanto más baja es la 'nota' de los demandantes de fondos. Moody´s tiene al sector financiero español en el punto de mira. El pasado verano bajó el 'rating' a 30 entidades y ahora reclama que la reestructuración se acelere. La agencia acusa al sector de camuflar pérdidas con la adjudicación de viviendas y suelo. El último informe de Fitch marca distancias entre España y Grecia.

Problemas de liquidez

Los bancos deben

La crisis llevó al dique seco los mercados mayoristas del dinero. El Banco Central Europeo abrió barra libre a las entidades financieras, pero ya está cerrando el grifo. Durante 2009 prestó a las entidades españolas 614.000 millones, y al cierre del año la posición deudora era de 147.643 millones. Bancos y cajas se han vuelto ahora a sus propios clientes para que, con sus depósitos, alimenten los fondos destinados a dar créditos.