La Isla es España, España fue La Isla
EX DELEGADA DE URBANISMO DE DE SAN FERNANDO Y PARLAMENTARIA ANDALUZAActualizado:Hace doscientos años, España estaba en plena Guerra de la Independencia. El avance de las tropas francesas se hacía imparable a lo largo de todo el territorio nacional. San Fernando, la entonces Villa de la Real Isla de León, resistió el asedio en gran medida gracias al XIV Duque de Alburquerque que, al frente de las tropas, defendieron La Isla y en consecuencia a España de la invasión napoleónica.
Fue de suma importancia la hazaña del Duque para que La Isla pasara a la Historia como único territorio español no ocupado por los franceses; España entonces fue sólo, ni más ni menos, una Isla. Por ello, aquí acogimos la Regencia del Reino y fuimos sede del Gobierno de la Nación, asentada en el edificio de la Compañía de María. Nuestra hoy ciudad, siendo el único reducto español no ocupado por los franceses, fue el escenario donde se celebraron, a partir del 24 de septiembre de 1810, las sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias.
Fruto de intensas sesiones de trabajo, celebradas en el por entonces Teatro Cómico -hoy Real Teatro de las Cortes- se regularon principios, se reconocieron derechos y libertades que quedarían plasmados en el texto de la Constitución de 1812, La Pepa: la soberanía nacional, la división de poderes, la igualdad y la legalidad, o el decreto de libertad de imprenta, principios no sólo aún hoy vigentes, sino rectores y directores de nuestra actualidad política.
Al importante legado legislativo que recibimos de aquellas Cortes hace ahora doscientos años, los isleños sumamos la herencia de un importante patrimonio histórico vinculado a estos acontecimientos. Un patrimonio que permanece en pie, a duras penas, intentando que recordemos, no dejándonos olvidar lo que fuimos y al que desde la responsabilidad le debemos su conservación y puesta en valor. Es el gran patrimonio de los isleños, los gaditanos, los andaluces y, en general, de todos los españoles; es el testigo mudo de nuestra Historia, vinculada desde entonces y para siempre a ese valor democrático fundamental que conlleva y que nos lleva el parlamentarismo contemporáneo.
Las iglesias del Carmen y de San Pedro y San Pablo, la Compañía de María, el Ayuntamiento y el Real Teatro de Las Cortes son algunos de los edificios históricos que están siendo sometidos a trabajos de conservación y rehabilitación. Todos se encuentran en pleno centro de San Fernando, en la calle Real o en sus aledaños, constituyendo todo un referente para encuadrar el Bicentenario de las Cortes de 1810.
Imposible no visitar las Iglesias del Carmen y de San Pedro y San Pablo. Imposible no sorprendernos al descubrir la «nueva» capilla de la Compañía de María, la grandiosidad y majestuosidad de nuestro Ayuntamiento -pese a su imprescindible y necesaria restauración- hablan por si solas, la importancia histórica de nuestro Real Teatro de las Cortes es nuestro orgullo pasado y presente, todos nos llevan a nuestras raíces para relanzarnos al futuro, a ese futuro deseado, soñado y lo más importante, posible.
El sitio Histórico del Puente Zuazo es también, indudablemente, uno de los elementos clave en todo este proceso. El complejo defensivo aguarda impaciente el comienzo del tan esperado proyecto de recuperación que tiene que desarrollar el Gobierno central, una actuación que pondrá en valor todo este entorno. El Puente Zuazo, el Real Carenero y el conjunto de sus Baterías Defensivas lo conforman. Este todo indivisible incluye la Batería de Alburquerque, un elemento constructivo que al igual que todo el Sitio Histórico, sirvió para resistir y vencer el ataque de las tropas francesas. Hoy inexplicablemente, se ve amenazado por un proyecto moderno, nuevo, que ignora y quiere arrasar con todo lo que se ponga por delante aunque sean doscientos años de historia.
Este proyecto, ejecutado por la Junta de Andalucía, quiere mutilar el conjunto histórico. Todo apunta a unos responsables socialistas que minimizan la Historia a su antojo y no dudan en restar valor a la Batería de Alburquerque, buque insignia de los baluartes defensivos, como no en vano demuestra su nombre.
Los isleños de verdad, no podemos ni debemos quedarnos de brazos cruzados, impasibles, ignorando nuestra herencia ilustre y noble. La Batería de Alburquerque es todo un símbolo. Lo que con ella pase, también puede serlo. Mucho depende de nosotros.
Como isleña, me siento muy orgullosa del importante papel que jugó nuestra ciudad hace doscientos años. Gracias a ello, importantes acontecimientos que en nuestra Isla tuvieron lugar nos hicieron formar parte de la Historia de nuestra España con letras mayúsculas.
Y nobleza obliga. El legado recibido nos responsabiliza. Todos tenemos que ser embajadores del 2010, difundir nuestra Historia, conocerla, creérnoslas y proyectarla al futuro. El «espíritu del diez» nos lo exige, no sólo el espíritu del Duque de Alburquerque y sus tropas, sino el de tantos hombres y mujeres, anónimos en su mayoría, que hace doscientos años lucharon y pelearon con uñas y dientes por su futuro, hoy nuestro presente, y por su tierra cuando España fue una Isla entonces y hoy por La Isla que siempre ha sido España.