ALONSO

Querido amigo Alonso, con el Fernando por delante, el asturiano veloz, supongo que eres consciente de tu responsabilidad, pero mi deber de mosca cojonera me obliga a ejercer de eso, de toca pelotas. Antes de que empiecen los entrenamientos libres y todo ese ritual de acelerones y exhibiciones ruidosas que hacéis antes de la carrera del domingo, me gustaría recordarte algo: año 2010, segundo de la crisis mundial y de la nuestra en particular; la cosa no pinta muy bien, hay malos augurios y las nevadas, según dicen los entendidos, van a retrasar el crecimiento, no sólo de las patatas, sino de la economía también. El Bully cierra sus puertas en un par de años. El Real Madrid está apeado de la Champions por méritos propios, sé que este dato afecta sólamente a la mitad de la población, de acuerdo, pero puede sumarse la derrota del Barcelona, y estaríamos hablando ya de un drama nacional.

No nos engañemos, el tema de los terremotos, tan seguidos y con tantas réplicas, no es un asunto que anime a la ciudadanía; no te digo que pensemos en el fin del mundo, pero, ya me entiendes, no da muy buen rollo. Sarkozy es infiel, la Bruni también. Lo de Nadal, mejor ni comentarlo, ha quedado relegado a una mera cuestión de fe, o se cree en su rodilla, o no. Grecia, la cuna de la civilización, donde empezó el hombre a reflexionar, ahora parece el 'ataúd de la civilización', y como metáfora, realmente, no apetece ni planteársela. Me ha llegado esta semana una multa de tráfico, ya sé que es una cuestión personal, vale, pero soy yo el que te está hablando. Ya ves, Fernan, la cosa está fatal, la moral de la tropa está en el subsuelo, este es el paisaje que rodea al peatón medio. No tienes muchas opciones, es más, creo que tienes solamente una: ganar. Porque sumar un quiero y no puedo a la lista de malas noticias sería definitivo. Sé que es mucha la presión, pero seguro que puedes con ello. Pasen buen día.