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Sebastián Piñera saluda en su recorrido por Valparaíso tras ser investido. :: REUTERS
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Bachelet oscurece a Piñera

La ex presidenta se va con un 84% de apoyo, mientras el mandatario conservador jura su cargo entre fuertes réplicas del terremoto

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En medio de fortísimas réplicas del terremoto y de una nueva alerta de tsunami, Chile despidió ayer a la presidenta socialista Michelle Bachelet y entregó el testigo a su sucesor, Sebastián Piñera, que lleva de nuevo a la derecha a la jefatura del Estado, algo que no sucedía desde la caída de la dictadura de Augusto Pinochet en 1990.

El adiós de la primera mandataria que ha tenido el país andino, que se va arropada por una gran popularidad, oscureció la asunción de Piñera que tomó posesión en una ceremonia austera debido a que los chilenos aún se encuentran bajo los efectos del violento seísmo del 27 de febrero, al que siguió un maremoto devastador.

Pero los embates de la Naturaleza tampoco quisieron dar tregua ayer. Poco después de que Bachelet y Piñera accedieran a la sede del Congreso en Valparaíso para llevar a cabo el traspaso de poderes, un gran temblor de casi 7 grados de magnitud sacudió la ciudad costera situada a 130 kilómetros al noroeste de la capital, Santiago. Aunque hubo algunos momentos de temor y amagos de abandonar la cámara por parte de varios de los asistentes el acto no se interrumpió.

Casi sin tiempo a recuperarse se sucedieron varias réplicas más superiores a los 6 grados de magnitud y una alerta de maremoto que, esta vez sí, la Armada emitió con celeridad para llamar a la población de ciudades costeras a evacuar sus casas con calma y a refugiarse en los cerros hasta que pasase el peligro.

El salón donde se llevó a cabo la investidura estaba lleno de autoridades, legisladores, ex presidentes de Chile y gobernantes extranjeros, así como el príncipe Felipe, que accedió al edificio de Congreso justo cuando se producía la sacudida más fuerte.

«Un pueblo valiente»

Jorge Pizarro, presidente del Senado, tomó juramento a Piñera y le colocó la banda presidencial que hasta ese momento lucía Bachelet. Luego la política socialista entregó a su sucesor el cetro de Bernardo O'Higgins, padre de la patria, que simboliza la transmisión del poder y se marchó en medio de una gran ovación.

En una breve declaración tras convertirse en el trigésimo octavo presidente de Chile, Piñera señaló que «a pesar de todo nada se nos ha regalado, lo hemos conquistado con trabajo. En medio de la adversidad se mide la valentía de un pueblo y sé que tenemos un pueblo valiente, trabajador, que está preparado para enfrentarse a lo que nos venga en contra».

En su adiós, Bachelet se sintió muy arropada -se va con un 84% de apoyo-. Su homóloga argentina, Cristina Fernández, dijo haber acudido al acto «para despedir a una amiga». También estuvieron a su lado el uruguayo José Mujica, el paraguayo Fernando Lugo, y su par de Bolivia, Evo Morales, que el miércoles disputó un partido de fútbol con Piñera. El mandatario de Colombia, Álvaro Uribe; el de Perú, Alan García, y el de Ecuador, Rafael Correa, tampoco quisieron perderse el traspaso de poderes. Excusaron su presencia el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el venezolano Hugo Chávez, entre otros.

Horas antes, en un acto final e íntimo en el palacio presidencial de La Moneda, Bachelet admitió con voz quebrada ante sus colaboradores que sentía «una mezcla de emociones» y que estaba «triste» pero «muy orgullosa» al mismo tiempo. «Voy a salir por la puerta grande. Estoy triste por el dolor de mucha gente pero también me voy con la frente alta y tranquila. Y muy orgullosa de lo que hemos sido capaces de construir como sociedad», declaró la mandataria saliente.