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Piden siete años de prisión por provocar tres incendios

El acusado reconoció ante el juez que no recordaba aquella noche porque estaba bajo los efectos del alcohol y niega los hechos

M. D. GARCÍA
CÁDIZ.Actualizado:

Ante el juez, el acusado lo negó ayer todo. Dijo que él no había provocado los incendios y que era inocente. Aunque en realidad, ni siquiera se acordaba de lo que había hecho aquel día, porque -como reconoció- iba borracho y se había pasado con el tratamiento médico de psicotrópicos. Aún así, pidió que lo absolvieran.

El acusado es Juan Antonio C. S, un indigente que fue enviado a prisión el 17 de junio de 2009 por provocar la noche anterior diversos fuegos intencionados ante las fachadas de tres edificios del centro de la ciudad de Cádiz. Por suerte, los fuegos no causaron graves daños, más allá de chamuscar unas bolsas de basura y algunos sacos, gracias a la rápida actuación de los inquilinos de las viviendas, que apagaron las llamas con cubos de agua. En todo caso, el riesgo fue evidente, por lo que el fiscal pide una pena de cárcel para él de siete años.

El suceso hizo recordar la temida oleada de incendios que tuvo lugar meses antes en la ciudad, y que culminó con la quema de 27 motos en la calle Carlos Haya en el barrio de Loreto, donde las llamas sí causaron grandes destrozos, afectando a tres viviendas y quemando a varios vecinos. De este siniestro, sin embargo, nunca se llegó a encontrar a ningún responsable cierto. En todo caso, Juan Antonio C. S. no tuvo nada que ver con él, pues llegó a Cádiz desde Sevilla dos días antes de su supuesto arranque pirómano.

Según explicó ante el tribunal de la Audiencia Provincial, donde era ayer juzgado, viajó a la capital gaditana porque en los centros de salud de Sevilla se negaban ya a darle medicación para sus problemas de salud, al parecer, por ciertos antecedentes violentos. En todo caso, en Cádiz pasó aquellas dos noches en la calle donde, como él mismo reconoció, comía de la basura, por no tener con qué subsistir.

Según el fiscal, el 16 de junio, cuando se produjeron los incendios, Juan Antonio caminaba por la calle Torre, del centro de la capital, cuando sin motivo aparente prendió fuego a un montón de basura frente al número 50, bajo la ventana de una vivienda. Eran las 22.45 horas, por lo que un vecino, al percibir el olor a quemado salió a la calle y pudo sofocar el fuego con un cubo de agua. Juan Antonio, mientras tanto, iniciaba un segundo fuego varios portales más allá, según relataba el fiscal en su escrito de acusación. El mismo vecino apagó también el segundo fuego. Su declaración fue ayer fundamental ante el tribunal como testigo de cargo al reconocer al acusado como el responsable de los incendios. Después de aquellos fuegos, no obstante, Juan Antonio provocó supuestamente un tercer foco en la cercana calle Encarnación, ante el número 4. En esta ocasión se quemaron varios sacos de cemento que estaban vacíos ante la fachada del edificio, extendiéndose por varios palés de madera, hasta alcanzar llamas de cuatro metros. Pero como reconocía ayer el fiscal, «la actuación ágil y coordinada» de varios vecinos lograron sofocar el siniestro a tiempo.

De nuevo hubo suerte, pero como recordó el fiscal, los incendios «tuvieron una especial potencialidad lesiva tanto por el lugar, como por la celeridad con la que pudieron propagarse las llamas».

«La cárcel me salvó la vida»

El abogado de oficio de Juan Antonio C. S. intentó llegar a un acuerdo de conformidad con el fiscal, que podría haber reducido la pena a cinco años, al alegar que el acusado era toxicómano. Sin embargo, el propio Juan Antonio lo rechazó y pidió la absolución, aunque ante el tribunal reconoció que haber entrado en la cárcel por el supuesto delito le «salvó la vida», pues le permitió un mejor tratamiento de sus enfermedades y le sacó de una vida de indigencia. La defensa, en todo caso, solicitó ayer al tribunal que, en caso de considerar a su defendido como culpable, modifique el grado del delito de incendio, atendiendo a que los fuegos no provocaron daños materiales ni personales.