«Es triste que media España piense que el cineasta es el enemigo»
Julio Medem Director de cine y Premio Retrospectiva del Festival de Málaga
Actualizado:El Premio Retrospectiva del Festival de Málaga no es un premio a su carrera. No. Es un reconocimiento a «la mitad de mi carrera», matiza Julio Medem. Le queda mucho por delante, «por lo menos, el doble». Ilusionado con los «muchísimos proyectos» que tiene entre manos, el director de 'La pelota vasca' y 'Lucía y el sexo' asegura que no persigue provocar con la cinta que estrenará en Málaga, 'Habitación en Roma', «una historia de amor entre dos mujeres tratada con cariño y sentido estético» que ya se ha vendido a más de 30 países.
-Recogerá el Premio Retrospectiva del Festival de Málaga. ¿No le hace a uno sentirse mayor?
-Me hace muchísima ilusión, pero me lo voy a tomar como el premio de la mitad de mi carrera porque creo que me queda, por lo menos, el doble. Me siento joven, estoy en forma... (risas) y en un momento muy interesante. Este premio me ayuda a seguir, me alegra y me produce mucho honor.
-El premio implica echar la vista atrás, ¿le asusta?
-Eso no me gusta mucho, fíjate. Yo siento que aquel que hizo aquellas películas, como 'Vacas', ya no soy yo. Esta profesión me permite lanzarme a un sitio nuevo con cada proyecto. Eso hace que me regenere, que me reinvente. Lo que hice, ya quedó hecho y no quiero repetirlo.
-¿Y hay algo que no quisiera ver en ese repaso por su carrera?
-No, yo soy muy optimista. Lo hecho, bien hecho está. Se aprende de muchísimos errores que se cometen, porque claro que cometo errores, ¡sólo faltaba! Todo el tiempo estás haciendo las cosas lo mejor que puedes y sabes, y continuamente reinventándote. Entonces, en ese sentido, siempre eres un poco inexperto. En esta última película, 'Habitación en Roma', lo he sido. Nunca había hecho una película en una habitación, solamente con dos actrices y que transcurra en una noche.
-¿Cuenta con que habrá a quien 'Habitación en Roma' le resulte un escándalo?
-Quizá antes de verla algunos ya la puedan prejuzgar como escandalosa. Hay gente, y yo la respeto, que no le apetece ni está dispuesta a ver cómo se trata con cariño y con un sentido estético una historia de amor entre dos mujeres. Quien no quiera, que no vaya a verla. No pasa nada. Pero fundamentalmente es una historia que, partiendo de una relación de juego y atracción, se acaba convirtiendo por parte de uno de los personajes en un auténtico arrebato amoroso, que le toca el alma, el corazón... En ningún momento se utiliza el morbo, ni hay sexo explícito.
-No busca la provocación...
-Como tal no la busco, sí busco lanzarme y proponer cosas especiales, distintas, que nos hagan reflexionar, que no sean cómodas, fáciles.
«Lo pasé mal»
-Después de lo que usted definió como el «fracaso total» de 'Caótica Ana', ¿le preocupa la acogida del público?
-Una periodista puso esa frase en titulares, pero yo nunca hubiera definido mi película como un «fracaso total». No. El número de espectadores estuvo por encima de la media, lo que pasó es que la película generó en España una expectación enorme, sobre todo tras 'La pelota vasca', y no cumplió. Claro que lo pasé mal y, evidentemente, para mí fue un fracaso, pero no total. No quiero exagerar, ni que nadie se compadezca de mí, ni quiero resultar victimista. La película se ha vendido fuera muy bien, he viajado mucho con ella, incluso a India.
-¿Se sintió incomprendido con el documental 'La pelota vasca'?
-Es que con 'La pelota vasca', el sector que más la criticó, que intentó retirarla del Festival de San Sebastián y que perdiera en los Goya, alardeaba de no haberla visto. Una vez vista te das cuenta de que no tenía nada que ver con lo que dijeron. ¡Llegaron a decir que era 'filoetarra'!
-¿Volvería a abordar el conflicto vasco o ya lo descarta?
-Ahora no lo haría. Ni yo ni nadie de los que estaban conmigo pensábamos que iba a ser tan polémica. A veces me llaman ingenuo, y quizá lo sea. Fue desproporcionado y sin sentido. Pero a mí ya se me ha olvidado lo negativo de aquello, porque también quiero que se me olvide. Yo soy muy optimista.
-Sin embargo, durante un tiempo daba la sensación de que estaba muy bajo de ánimos.
-Jamás dije que salía de un estado depresivo, como también publicaron. Yo lo pasé muy mal con 'La pelota vasca', tardé un año y medio hasta que rodé otra vez, pero trabajando en 'Caótica Ana' me animé muchísimo. Puse toda mi ilusión en ella y estuve muy a gusto y feliz. Mi hija nació la noche del estreno de 'La pelota vasca' y ella me ha ayudado mucho a ser feliz. Quiero corregir esa imagen de devastado, no es cierta.
-¿Se queda totalmente satisfecho cuando termina una película?
-Sí. Como el proceso de hacer una película es tan potente, una vez que ya has llegado al final, bajas las manos y ya está. Me vuelvo muy condescendiente conmigo, por animarme. Trabajo mucho para poder sentirme orgulloso de lo que he hecho.
La gala de los Goya
-Álex de la Iglesia fue muy crítico con los directores y los actores en el discurso de la gala de los Goya, ¿está de acuerdo con él?
-Me pareció estupendo lo que dijo.
-Entonces, ¿es verdad eso de que se miran el ombligo?
-Es verdad. Es que nos jugamos mucho y trabajamos mucho sacando de nosotros mismos. Entiendo la crítica y es bueno que se haga, yo también me la haría. Tenemos que hacer una llamada a la humildad. Pero también, crear es un acto de valentía y de soberbia implícita, de orgullo. Hay una parte de tu ego que se inflama porque tú crees que tienes algo interesante que contar. En esa mezcla tiene que estar el creador: un ego fuerte y al tiempo humilde.
-Un sector del público cree que el cine español es uno de los grandes subvencionados del país, ¿no es así?
-Se subvencionan tantísimas cosas... La subvención del cine realmente es un porcentaje pequeño, que no llega al 30%. Hay películas muy pequeñas, de poco éxito que, sí al final ves la balanza, evidentemente la ayuda ha sido fundamental para hacerlas.
-Quizá se hacen demasiadas películas...
-Puede... Pero la industria tiene que ser un colectivo de trabajadores que tiene que estar trabajando cuanto más mejor, aunque a veces sea en películas de presupuesto muy reducido y cobrando muy poco. Y luego también existe el riesgo económico. Lo que me pasó con 'Caótica Ana' es que además yo perdí dinero y mucho. Eso ocurre. Nadie que quiera rentabilizar su dinero fácilmente se mete en cine porque los números dicen lo contrario. Y aún así se hacen películas. Ese mérito es una heroicidad y me parece muy injusto cómo se nos trata en España. Es triste que haya esa otra media España que piensa que el cineasta es el enemigo, hay que sentirse orgulloso porque también estamos haciendo algo por el país, llevamos nuestro cine fuera de las fronteras...
-¿Qué le pareció la aparición estelar de Almodóvar en los Goya? ¿Tenía ganas de verle en la Academia?
-Me preocupaba mucho que no estuviera. En lo que dice tiene parte de razón, no en que nos dejara de aquella manera, pero su enfado lo entiendo porque yo también digo ¡cómo es posible! Soy muy fan del cine de Almodóvar, le admiro, me parece un artista enorme y sí me da pena que el reconocimiento que tiene fuera, a veces la Academia no se lo dé. No sé qué pasa.
-¿Usted se ha sentido en algún momento como Almodóvar?
-En parte sí. Yo he estado nominado y sentado nueve veces sin levantarme como guionista y director (risas) ¡Son muchas veces ahí sentado.