Un trabajador del campo que estaba muy arraigado a la zona

Diego Trujillo, o mejor dicho 'El lerna', como era popularmente conocido en su entorno, era un hombre muy querido en la pedanía de Barrio Nuevo donde residía. Vinculado al campo toda su vida, Diego se ganaba la vida «en lo que le salía», según explicaba ayer a este medio Antonio, un vecino del fallecido. Se da la circunstancia de que días antes de su trágica muerte un conocido le estaba gestionando a Diego los papeles para poder optar «a una pequeña paguita» en su cercana jubilación, que según sus conocidos «era merecida, porque toda su vida no hizo otra cosa que trabajar en algo tan duro como la agricultura».

Soltero y con 64 años de edad, la muerte de 'El lerna' fue ayer el principal tema de conversación en las ventas y comercios cercanos a la Carretera de la Vigía donde residía junto a uno de sus cuatro hermanos.

«Ha sido un palo muy gordo, era una buenísima persona; y no lo digo porque haya fallecido». Ésta era la opinión generalizada en la Venta Calderón, último lugar donde se vio con vida a Diego el domingo, minutos antes de perder su vida en una acequia.