La jueza ve indicios de acoso sexual de Pepe Mejías a la limpiadora del Rosal
Concluye la instrucción del caso que arrancó con la denuncia de la empleada porque se sobrepasó con ella en los vestuarios
CÁDIZ. Actualizado: Guardar«Por la gloria de tu padre, por mis hijos y por mi nieto: no vayas a decir nada». Ése fue supuestamente el grito desesperado que hizo Pepe Mejías tras tener un episodio nada decoroso con una subordinada suya, una limpiadora de la ciudad deportiva del Cádiz C. F. que le denunció horas después por acoso sexual.
De esto hace ya siete meses y la jueza que ha estado instruyendo el caso ha dado por terminada la instrucción, concluyendo con la existencia de indicios de un posible delito de agresión sexual en grado de tentativa. Ahora le toca el turno a la Fiscalía y a las dos partes enfrentadas aceptar esa decisión y elevar un escrito de acusación o proponer el archivo de las actuaciones, como presumiblemente hará la representación letrada del que fuera coordinador de las instalaciones de El Rosal. Así aparece reflejado en el auto de procesamiento dictado por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Puerto Real al que ha tenido acceso este medio.
El encontronazo con la denunciante ya le costó el puesto de trabajo al ex futbolista que fue cesado de inmediato en sus funciones por parte del club. Mejías recurrió su despido por considerarlo improcedente e incluso le reclamó al Cádiz una indemnización por daños a su imagen al responsabilizarlo de haber difundido a los medios la existencia de la denuncia. Sin embargo, esa primera batalla judicial la perdió. En ese caso fue el juzgado de lo Social nº 2 de Cádiz quien le dio el primer varapalo en enero, al ratificar que la decisión acordada por el club, que se acogió a la figura del despido disciplinario y, por tanto, sin derecho a indemnización, había sido acertada.
Esta primera sentencia, a pesar de estar dentro de una jurisdicción diferente, parecía vaticinar qué iba a ocurrir en la causa penal que tiene abierta Pepe Mejías, ya que el juez entendía que el club tiene derecho a aplicar un régimen de sanciones a su plantilla y el comportamiento que había tenido con la limpiadora había excedido la relación que debe mediar entre un jefe y sus trabajadores.
El relato de los hechos
El auto de procesamiento es muy conciso y en él se relata los hechos que supuestamente habrían ocurrido el 7 de agosto en la ciudad deportiva cadista. Según expone la jueza, ese día la denunciante se estaba duchando en los vestuarios cuando Pepe Mejías accedió a esa zona de las instalaciones y «trató de entrar en la misma ducha colocándose delante de la puerta abatible» que cierra esa parte de la estancia. Desde fuera le sugirió si quería que le hiciera un masaje, a lo que ella respondió de forma negativa.
Esa respuesta no le valió supuestamente al ex futbolista «que empujó en repetidas ocasiones la puerta» hasta lograr sus propósitos y tocar a la mujer, a quien sujetó por un hombro, según aparece descrito en el citado auto. Esta le arrojó agua en la cara con la intención de que se apartara y hubo un momento de forcejeo que acabó con Mejías supuestamente saliendo de las duchas.
Según la declaración de la empleada, cuando se dirigía ya a su coche, éste la estaba esperando sentando en su vehículo, que había aparcado junto al suyo. Cuando vio que la joven pedía la ayuda de varios compañeros, le requirió a gritos que no dijera nada.