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MUNDO

Irak planta cara al terror en las urnas

El Gobierno proclama la «victoria sobre los asesinos» en una jornada saldada con 38 muertos en ataques con cohetes y morteros La población no se deja amedrentar y vota de forma mayoritaria en todo el país

M. AYESTARAN
BAGDAD.Actualizado:

En el barrio de Ur los vecinos votaban a mediodía mientras helicópteros del Ejército sobrevolaban la zona lanzando contramedidas para evitar los ataques de cohetes. Cinco horas antes veinticinco personas perdían la vida tras el impacto de dos granadas de mortero que erraron en su objetivo final de destruir el colegio electoral contiguo a sus casas. En total, 38 personas murieron en Bagdad y otras sesenta resultaron heridas en una jornada electoral que amaneció al ritmo de explosiones muy seguidas e intensas. Los ataques y el toque de queda hicieron que la participación en la capital fuera baja durante la primera parte del día, pero cuando callaron las explosiones y se levantó de forma parcial el toque de queda, la gente salió de sus casas y ejerció su derecho al voto. En algunos colegios incluso tuvieron que alargar el horario debido a las colas.

«¿Qué haces aquí, no sabes que ha habido un ataque hace unas horas?». El guardia de seguridad del centro de Ur pide al extranjero que vuelva a la zona centro al amparo de una mayor presencia policial. Durante las primeras horas del día avanzar un kilómetro en Bagdad suponía atravesar una decena de puestos de control y los conductores tenían que circular con suavidad para no alterar a unas fuerzas del orden muy tensas por las explosiones. En Ur los vecinos votaban y salían de inmediato a seguir en directo el desescombro de la casa alcanzada por los cohetes. «¿Qué consiguen con esto? No tiene sentido, eran civiles inocentes a los que han asesinado mientras dormían», lamentaba uno de los vecinos, que votó «para ir contra estos asesinos».

Mientras los ciudadanos desafiaban a los morteros y caminaban hasta los centros de voto, algunos políticos como el primer ministro, Nuri al-Maliki, depositaban su papeleta en el corazón de la Zona Verde -donde también cayeron varios proyectiles a lo largo del día-. «Hoy es un día de victoria contra los asesinos que no quieren la democracia», proclamó Maliki al término de la jornada electoral. A diferencia de 2005, el primer ministro y gran favorito a repetir mandato según las encuestas, se presenta por separado de las principales fuerzas chiíes, con las que cosechó un 58% de apoyos hace cinco años. El jefe de Gobierno abandonó la alianza religiosa por el excesivo sectarismo predicado por sus socios del Consejo Supremo Islámico y, sobre todo, la Corriente Sadrista del clérigo Muqtada al-Sadr. Su decisión, además, se vio espoleada en los comicios provinciales del año pasado. Maliki se impuso en nueve de las catorce regiones que elegían representantes.

Las consecuencias de la guerra entre sectas que vivió el país eran visibles en uno de cada diez colegios electorales de la capital en los que se abrieron salas de voto especiales para los vecinos desplazados por problemas sectarios. Ibrahim Salim (chií) y su familia llegaron al barrio de Karrada desde Al-Dora hace tres años y aún no han podido regresar a su casa, ahora en territorio suní. Votaron bajo el ruido de los morteros «mucho más llevadero que los coches bomba, ¿no?», bromeaban. La tensión vivida en Bagdad distaba mucho de las imágenes que llegaban de la región autónoma del Kurdistán o las provincias del sur donde la jornada discurrió sin incidentes.

«La insurgencia no ha podido descarrilar el proceso político democrático, la jornada de hoy ha sido todo un paso adelante», confesaba un diplomático europeo destacado en Bagdad. La propia UE reaccionó con rapidez y una vez cerrados los colegios electorales emitió un primer comunicado en el que valoró positivamente «la participación de los ciudadanos pese a los violentos ataques». Barack Obama también elogió a Irak por su apuesta por las libertades para «forjar su futuro». «El honor, el coraje y el poder de recuperación del pueblo iraquí una vez más desafió las amenazas contra el avance de su democracia», agregó. A la espera de los datos oficiales, los medios locales situaban la afluencia a las urnas por encima del 60%.

Negociaciones

Terminadas las elecciones empieza el recuento y la fase de negociaciones entre las distintas fuerzas para obtener la mayoría de asientos necesaria en el Parlamento unicameral. La era de Sadam Husein queda cada vez más en el pasado y después de una campaña vibrante, todo un ejemplo para los países de la región, Irak se dispone a disfrutar del primer gobierno soberano que liderará el país sin presencia de fuerzas norteamericanas en las calles.